domingo, julio 23, 2006

Decisiones (o no).

Nunca se si tirar o empujar, si abrir mis puertas de par en par o cerrar a cal y canto, si mar o montaña y, si mar, si dulce o salado. Y nunca se si diesel o gasoil, si ir o venir, si quedarme o volver. No se hacia que lado es abrir o cerrar o cual enroscar o desenroscar y jamás se si voy en el sentido contrario de las saetas o viceversa.
Ya no se si ser o no ser o cuando decir o callar, si hacer (historia) o deshacer (entuertos). Y no se distinguir el bien del mal, el mal del placer, el placer del dolor, el dolor de una percha. Y, es más, nunca se si terminar o volver a empezar.

sábado, julio 15, 2006

¿Qué como estoy?: Balance estatutario.

Estado de ánimo: pfffff...
Adaptabilidad al medio: buffff...
Entorno social: eksss
Planes de futuro: glup
Capacidad de mejora: ñief
Grado de frustración: grrrrrrr....
Sentimiento de culpa: hip!
Evaluación media del item de felicidad percibida: ppprrrttffffffFFFF!!!!
Erase una vez un día.

Me levanté y se levantó conmigo toda la tristeza del mundo. Y sucedió aquella primavera que marchitó todas las flores, todos los niños nacidos ese día serían el anticristo, los jueces se jugarían a cara o cruz la suerte del condenado, pero ese día, durante todo el día -nada de azar o estadística- si tirabas una moneda al aire salía siempre cruz.
Paradójicamente era un día radiante de luz y color, de diafragma tan cristalino que se podía distinguir el sexo de los mosquitos al volar, quizá también en parte porque iban los mosquitos macho un poco empalmados. Ese día el mar era una colcha bordada con olas, azul cielo, que ahogaba las orillas y daba sed a un planeta algo pasado de sal.
Pero como era un día así -raro de bonito- las cometas volaban sin aire y los niños reían sin risa, un perro dijo miau, yo perdí un bolígrafo, los grandes males de la humanidad se curaban con mercromina, los sueños se hacían realidad y, por más que nos pellizcabamos, jamás volvimos a despertar.

lunes, julio 10, 2006

Superpoderes de mi pezón izquierdo.

Mi pezón izquierdo puede: doblegar la tiranía de un Imperio, acabar con el hambre en el mundo mediante su maná, ser omnipresente, pronosticar terremots, tsumanis y periodos antidiluvianos si se eriza, en fin, se puede desenroscar y en el anverso pone sigue buscando o una vez entre un millón se acaba el mundo de golpe.
Mi pezón izquierdo resulta radiactivo al contacto con tu dedo meñique, puede ser disparado como un proyectil en caso de guerra termonuclear grave, también sabe dar la hora a modo de reloj solar. Sus superpoderes no se acaban aquí ya que posee la telepatía entre pezones, habilidad tan inútil a priori como enigmática, pero, además, también se puede sintonizar con él emisoras de radiofrecuencia alienígena. Mi pezón izquierdo es omnipotente y telequinésico, por la noche fotoluminiscente, puede teletransportarse en el espacio y el tiempo a otros pezones izquierdos de personajes celebres, se filtra en tu mirada y se autoabastece de tu frenesí, da la vida eterna a quien lo succiona y resulta de una utilidad increíble a la hora de desamamantar hipopótamos. Mi pezón izquierdo ya lo quisieras tu.

sábado, julio 08, 2006

Hipólito el hipopótamo hipocondríaco.

Hipólito, el hipopótamo hipocondríaco estaba refrescandose placidamente como cada mañana en su charca preferida cuando de repente le asaltó el presentimiento de que iba a morir de una isquemia cerebral fulminante provocada por los transtornos limfáticos correspondientes a un cólico nafrítico, esto un instante antes de notar la hendidura de los afilados dientes del cocodrilo Bartolo aferrandose a su yugular.