lunes, julio 30, 2007

Sobre estatuas equestres.

Entre todos los homenajes póstumos que una persona puede recibir, el más solemne y emblemático provablemente sea la estatua equestre. Poder pasar a la posteridad a lomos de un caballo encumbra una magnificiencia sin igual. Si bien es bueno saber que en la liturgia de las estatuas equestres segun la posición del equino la muerte del jinete fue una o otra:

Si el caballo aparece con todas sus patas sobre el suelo el personaje al que se le ha eregido la estatua en cuestión murió de muerte natural.
Si, por contra, las dos patas delanteras del caballo aparecen levantadas eso indicaría que el conmemorado murió en el campo de batalla.
Pero si solo permanece en alto una de las dos patas delanteras vendrá a decirnos que la muerte le llegó en el lecho pero debida a heridas recibidas en combate. Si es la derecha es que la muerte le llegó plácidamente mientras dormía, si se trata de la izquierda murió con gran sufrimiento al caerse de la cama y romperse la crisma.
Una pata trasera del caballo levantada significará que la persona murió mientras meaba.
Así mismo, si el caballo es representado con una prominente erección esto indicará que el homenajeado falleció mientras hacía el amor con alguna de sus numerosas concubinas, si bien es cierto que también puede interpretarse que lo mató una serpiente pitón.
Un caballo con las orejas gachas significará inequivocamente que el personaje en cuestión ha muerto al pisar una piel de plátano tirada en el suelo.
El caballo haciendo el pino sobre sus dos patas delanteras con la crin erizada al viento, los ojos desorbitados en sus cuencas, los agujeros de las narices dilatados y los dientes rechinantes en una mueca de locura y de rabia será indicador de que el jinete murió mientras cabalgaba al ser arrojado al suelo por su propio caballo.
Por su parte, una cola de caballo erguida podrá indicar valentía y honor en la hora de la muerte. Aunque también que el caballo y su amo mantenían frequentemente relaciones íntimas.