domingo, marzo 25, 2007

Tu recuerdo es un post-it.

Me acuerdo de ti cuando el fotografo dice: no pestañees, me acuerdo de ti cuando en las radiografías me dicen: no respires. Si tiemblo de frio me acuerdo de ti, si sudo por el calor también te recuerdo. Pienso en ti cuando me masturbo y cuando follo con otra mi último pensamiento antes de correrme también te lo dedico a ti. Me recuerda a ti la calle en que nos conocimos y también, en menor medida, el resto de calles del mundo. Y también cada una de las olas del mar me traen tu recuerdo y lo baten espumoso en la orilla dejandolo varado y a mi vera cerca de donde cruza el vuelo de un mosquito cuyo zumbido al pasar hace que me acuerde de ti. Todos los insectos me recuerdan a ti. Las mariposas de mi estomago, aunque estén en taxidermia, las hormigas en fila india haciendo cola en la acera del cine, los ácaros de mi almohada con el Sindrome de abstinencia de tu marca de champú, también me recuerdan a ti las cucarachas cuando las piso crujientes y pringosas bajo mi pie descalzo.
Me trae recuerdos tuyos la Luna llena y también un dolor de muelas, me acuerdo de ti cuando se me olvida alguna cosa, me acuerdo de ti cuando no puedo dejar de tararear una canción. Te me haces presente si se funde una bombilla, también en el ocaso del Sol. Cuando se pasa de rosca un tapón y cuando sale alguien con tu mismo nombre de pila en los creditos de una película, cuando se encuentran las agujas de un reloj. Porqué pienso en ti cuando sale en las noticias que un huracán ha arrasado un país, cuando encuentro una esquina doblada en un libro, cuando pasa el Cometa Halley sobre el cielo, cuando se eriza el bello de mi brazo cerca de la pantalla del televisor, también si me sale una nuez rancia cuando como nueces, cuando descubre la ciencia el gen de la vida eterna, cuando los extraterrestres invaden la Tierra y nos dan un ultimátum de solo un día para hacer lo que más deseemos antes de destruir el planeta, entonces, pienso en ti. Y también cuando haced ¡ping! el microondas.