lunes, septiembre 26, 2011

El universo en la punta de la nariz.

El grano de arena más insignificante del desierto eclipsó el Sol. Y la más lejana estrella de la galaxia quedó mansamente posada sobre la palma de tu mano. El día del Bigbang era pasado mañana y El Fin de los Tiempos sucedió anteayer.
Los átomos contenían dentro universos y más allá del infinito volvías a estar tu, enorme e ínfimo al unísono, efímero e inmenso, capaz de contener cualquier cosa en tu interior y siendo contenido por todo a la vez. Tan eterno como el aleteo de una mosca y tan fugaz como la vida de una estrella. Absoluto y vacío, omnisciente e idiota, observador imparcial de una realidad neutra donde los caracoles adelantan a los aviones en el paralaje de tus ojos, donde las montañas deambulan a la deriba y una gota de lluvia queda prendida para siempre de una alcayata de cielo.
Y los dinosaurios viajan a la Luna y los agujeros negros son fenómenos microscópicos creados por el hombre en un laboratorio. Y pasa un neutrino y eclipsa el mar.

lunes, septiembre 19, 2011

La máquina del Fín del Mundo.

Y en el acelerador de partículas, por fín, se consiguió recrear un pequeño Big-Bang que era infinitamente microscópico y duraba apenas nada. Tan diminuto y fugaz que resulto ser nuestro propio Big-Bang. Y, entonces, todo volvió a empezar de nuevo otra vez.

sábado, septiembre 03, 2011

Gratis.

Ni se me puede comprar, ni estoy en venta. Soy como una enfermedad: solo puedes padecerme.
Y entonces sabrás lo que sienten los desamparados, aquellos que ya han perdido la esperanza de un futuro mejor. Que se diferencian de aquellos que aun no la han perdido pero que algún día la han de perder.
Ni me dejo engañar, ni me engaño. Simplemente acontezco a través de los días en el planeta que habito, en el mundo que nos ha tocado vivir -a sabiendas- que mi vida debería ser otra. Y tu me miras desde la distancia pasar -como pasa un instante fugaz- sin alterar el devenir de las cosas, sin cambiarte la vida. Pero, cuidado, porqué que todo siga igual, que nada cambie y que todo permanezca interperrito es un suceso que atenta contra las más básicas leyes del universo.
Mírame. Ni me quieras nunca, ni dejes de amarme jamás. Soy gratis como el aire que respiras. E impregno todo a pesar de mi supuesta invisivilidad. Me inoculo a tí hasta formar parte de tu respiración. Y me inspiras y expiras. Y te subterfugio.