miércoles, diciembre 12, 2007

Prospecto para una cita a ciegas.

Procuró no llevar flores por si ella fuera alérgica al polen, a eccepción, claro está, de la inevitable flor en la solapa. En todo caso,prefirió que esta fuera de plástico porqué, a parte de evitar sintomatologías con posibles alergias, también podría evitar que, en el caso de que la espera se alargue ostensiblemente, la flor puediera marchitarse en su solapa.
Y, sin embargo, él sabe que la mejor opción entre las tres posibles para llegar a una cita ciegas es hacerlo antes. La puntualidad exacta no conviene por meticulosa y antinatural, llegar tarde es arriesgarse a no saber nunca si la otra persona se presentó, llegar antes asegura controlar lo sucedido, también el tiempo y la ubicuidad espacial, o, dicho de otra forma un tanto más ostentosa: el continuum espacio temporal.
Entonces, lo primero que hizo nada más cruzar el umbral de la puerta de entrada de la cafetería donde habían acordado la cita a ciegas fue dirigirse hacia una mesa en el fondo de la sala a través de un recorrido directo desde la entrada. La hayó asiendo los respaldos de las sillas y guiandose con su pie haciendo tope en las patas de las mismas, con alguna dificultad añadida como topar fortuitamente con alguno de los presentes pidiendo perdón en ese caso. Cuando llegó al fondo del local palpó la pared y se sentó -no sin antes cercionarse que lo hacía en una silla vacía- de espaldas a la propia pared y de cara a la puerta de entrada, que, en caso de duda es el lugar por donde entra la corriente de aire y en el que se oye abrir y cerrar la puerta además del tilín de esas campanitas admonitorias.
Llegados a este punto, levantó un brazo como si quisiera parar un taxi en un día de lluvia y esperó con el brazo levantado a oir una voz dirigiendose a él en terminos de ¿que desea?. Encargó un café y, luego, muy educadamente, le pidió al camarero que hiciera el favor de dirigirla hacia él si aparecía una mujer en la puerta con un pañuelo verde anudado en la garganta y los ojos cerrados.



Ella llegó un cuarto de hora antes de lo que habían acordado. Al entrar llevó a cabo el ritual pactado para la cita a ciegas consistente en entrar con los ojos cerrados y no abrirlos hasta que llegara el otro. Pero, en parte debido a sus zapatos de tacón, en parte a su vaga inteligencia visoespacial tropezó contra una silla, perdió el equilibrió y se precipitó a los brazos del camarero que pasaba por ahí. Al abrir los ojos quedó hechizada y ya no pudo apartar la mirada de ese camarero gentil que la había salvado.
Cúpido dispara sus flechas a ciegas con los ojos vendados. La diosa justicia también lleva una venda en la cara para no ver de que lado se decanta la balanza de lo que está bien y de lo que está mal. Ella sonrie.
Un cuarto de hora después ya había intercambiado teléfonos con el camarero y sentada en la barra tomandose un té apenás se acordaba de porqué había venido a ese lugar cuando lo vió aparecer al son de las campanillas de la puerta de entrada. Un tipo bajito y rechoncho, algo calvo, se presentó en la puerta con una flor en la solapa y los ojos cerrados. Ella dudó, como duda el verdugo ante su víctima un segundo antes de ejecutarla, y salto del tamburete en dirección a la puerta, aun con la serenidad suficiente de girar su cabeza y hacer el típico gesto de llámame dirigido al camarero a pesar de que eso provocara que su hombro chocara levemente con el hombro del señor bajito y rechoncho, algo calvo, con el que había quedado. Paradójicamente, él le pidió perdón y ella, procurando aguantar la risa, y sin contestarle desapareció rapidamente por la puerta de entrada que aún estaba entreabierta para, al son de unas campanitas que esta vez tocaron a muertos, no volver a verle nunca más.

lunes, diciembre 10, 2007

Sabiduría de sobrecito de azucar de un café.

De todos los sorbos de todos los cafés de todas las mesas de todos los bares de todas las ciudades de todo el mundo ese fue el más amargo. De toda su vida.
Sin embargo, algunas cosas como el café, la cerveza y algunas tristezas disponen de la posibilidad de ser amargas como una de sus virtudes. Y a ella, en realidad, le gustaba el café bien amargo.

lunes, noviembre 26, 2007

El afable Sr. Brandel.

En todos y cada uno de los días de su vida lo primero que hace el Sr. Brandel, nada más levantarse por la mañana, es ocuparse de regar y cuidar su hermoso jardín.
Hoy, como cualquier día, luego de haber podado un poco las hortensias y de haber dejado preparado el desayuno a su mujer, saldrá a la calle con su sempiterna sonrisa y su habitual gabardina marrón. Al cruzarse con alguno de sus vecinos -mirandoles fijamente a los ojos- les espetará la mejor de sus muecas de alegría y no escatimará en buenosdías, hastaluegos, quealegrías y demás salutaciones varias mientras se dirige a la cafetería "Arco Iris" donde desayuna y lee el periodico cada mañana.
Al entrar en la cafetería "Arco Iris" saludará a la Sta. Anabel, la camarera, que le devuelve el saludo con un guiño de ojo desde detrás de la barra mientras de dispone a preparar, sin que haga falta que se lo pidan, el café con leche que desde hace años el Sr. Brandel toma junto con dos tostadas con mantequilla y mermelada de frambuesa en la mesa del fondo junto a la ventana. El Sr. Brandel, de repente, también hace un guiño de ojo, aun a pesar de que la Sta. Anabel ya no puede verlo pues está de espaldas a él haciendo uso de la cafetera.
Mientras desayuna el Sr. Brandel aprovecha para leer el periodico. Pasa las paginas, una a una, con marcado desden hasta llegar finalmente a la contraportada. Entonces, introduce una mano en el bolsillo de su gabardina marrón y saca unas tijeras de podar. Mira a su alrededor y depués de unos instantes empieza a recortar los cupones correspondientes a una vajilla de porcelana que guarda celosamente para regalar a su mujer.
Camino de vuelta a casa, lo detienen una pareja de enamorados que le piden si puede sacarles una fotografía junto a una hermosa fuente de aguas que brollan harmoniosas y tinteneantes. Ofrendandoles una generosa sonrisa acompañada además de otro guiño de ojo accede amablemente a hacerles dicha fotografía. Alabando la buena estética de los fotografiados y excusandose en una cierta prisa se despedirá diligente con varios adioses y un ufano y fastuoso quelesvayabien.
Se presentará en casa con un ramo de hortensias. Su mujer está distraída frente al televisor. Él, sin dejar en ningún momento de sonreir, la saluda cariñosamente: hola, querida. Te he traído una sorpresa.
Entonces, ella entornará su cabeza hacia él y al verle ahí de pie con el ramo de hortensias en la mano izquierda, la otra mano en el bolsillo de la gabardina y guiñandole el ojo repetidamente le corresponderá y mientras se acerca a él con fines libidinosos aparece un duro bulto por debajo de la tela de su gabardina marrón.

El afable Sr. Brandel (versión omnisciente).

En todos y cada uno de los días de su vida lo primero que hace el Sr. Brandel, nada más levantarse por la mañana, es ocuparse de regar y cuidar su hermoso jardín debajo del cual hay enterrados varios cadaveres.
Hoy, como cualquier día, luego de haber podado un poco las hortensias y de haber dejado preparado el desayuno a su mujer, saldrá a la calle con su sempiterna sonrisa y su habitual gabardina marrón en la que hoy esconde en uno de sus bolsillos unas macabras tijeras de podar. Al cruzarse con alguno de sus vecinos -mirandoles fijamente a los ojos desde una ira profunda arraigada en un odio visceral hacia todos y cada uno de ellos- les espetará de forma hipócrita la mejor de sus muecas de alegría y no escatimará en buenosdías, hastaluegos, quealegrías y demás salutaciones varias mientras se dirige a la cafetería "Arco Iris" donde desayuna y lee el periodico cada mañana.
Al entrar en la cafetería "Arco Iris" saludará a la Sta. Anabel, la camarera, que le devuelve el saludo con un guiño de ojo desde detrás de la barra mientras de dispone a preparar, sin que haga falta que se lo pidan, el café con leche que desde hace años el Sr. Brandel toma junto con dos tostadas con mantequilla y mermelada de frambuesa en la mesa del fondo junto a la ventana. Pero hoy él no quería pedir eso, quería pedirle a Anabel que le preparara otra cosa -cualquier otra cosa- no quería resultar tan rutinario y previsible delante de esa mujer a la que, a pesar de su nariz aguileña y su aliento carajillero, ansiaba violar salvajemente y luego deshollar toda la piel de su cuerpo con un pelapatatas. Toda esa eccitación-odio interno desencadena en la aparición de un tic nervioso que le hace guiñar un ojo, aunque ella no pueda verlo ya que está de espaldas a él haciendo uso de la cafetera.
Mientras desayuna el Sr. Brandel aprovecha para leer el periodico. Pasa las paginas, una a una, prestando especial atención a los titulares sobre guerras, asesinatos, secuestros, estafas y demás comportamientos humanos que le van corroyendo por dentro aunque el intente aparentar un fingido desdén hasta llegar finalmente a la contraportada. Entonces, introduce una mano en el bolsillo de su gabardina marrón y saca las tijeras de podar con intención de sacarse los ojos de las orbitas de cuajo para no poder leer nunca más. Mira a su alrededor y ve a alguna de las personas que forman parte de esa humanidad atroz que el tanto odia. Piensa que antes de sacarse los ojos debería -al menos- clavarle sus justicieras tijeras de podar en medio del esternon al mayor número posible de clientes de la cafetería "Arco iris". Después de unos instantes se sobrepone y empieza a recortar los cupones correspondientes a una vajilla de porcelana que guarda celosamente para regalar a su mujer con el fin de algun día poder estampársela en la cabeza.
Camino de vuelta a casa, lo detienen una pareja de enamorados que le piden si puede sacarles una fotografía junto a una hermosa fuente en cuyas aguas que brollan harmoniosas y tinteneantes desearía ahogar a ambos. Sin embargo,ofrendandoles una generosa sonrisa acompañada además de otro guiño de ojo debido al tic nervioso que ahora le sobrecoge cada vez que desea la muerte de alguien accede amablemente a hacerles dicha fotografía. No obstante y como sorda catarsis a sus ansias de degollarles brutalmente con sus sanguinolientas tijeras de podar deliberadamente enfocará para que en la fotografía aparezcan con las cabezas cortadas, por lo que, alabando la buena estética de los fotografiados y excusandose en una cierta prisa, se despedirá diligente con varios adioses y un ufano y fastuoso quelesvayabien.
Se presentará en casa con un ramo de hortensias recién talladas de encima mismo de la insospechada tumba de su última esposa. Su mujer, a la que tanto odia desde hace años y a la que no pasa un segundo de su vida sin desear clavarle una estaca en el corazón, está distraída frente al televisor. Él, sin dejar en ningún momento de sonreir, porque ya no puede borrar esa estúpida sonrisa de su cara, la saluda cariñosamente: hola, querida. Te he traído una sorpresa.
Entonces, ella entornará su cabeza hacia él y al verle ahí de pie con el ramo de hortensias en la mano izquierda, la otra mano en el bolsillo de la gabardina y guiñandole el ojo repetidamente le corresponderá y mientras se acerca a él con fines libidinosos aparece como un duro bulto por debajo de la tela de su gabardina marrón las sedientas tijeras de podar que el aferra con fuerza dispuesto a utilizarlas.

martes, noviembre 06, 2007

La vida de Sckrojjchmpf Durkkelman.

Al día siguiente de nacer S. Durkkelman empezaba un largo puente de cinco días con lo que su padre, Zacarias Durkkelman, nada más tener noticias del feliz alumbramiento se dirigió, raudo y veloz, hacia las oficinas del registro civil, que cerraban al mediodía, porqué no podía soportar la idea de que su hijo pasara los primeros días de su vida sin-tener-un-nombre-puesto. Debido a los nervios del nacimiento de su primogénito hacía casi veinticuatro horas que no comía nada, por lo que, aun a pesar de ir muy justo de tiempo, pasó por la cafetería del hospital y se llevó el último bocadillo que quedaba en el expositor, uno de mortadela, para comérselo más tarde en cuanto tuviera un momento.
Cuando llegó a la oficina del registro civil se encontró con una pequeña cola en la ventanilla en la que, debido a la impaciencia y el hambre, el tiempo parecía casi detenerse, a la vez que, paradojas de la vida, acuciaba veloz hacia la hora del cierre des del reloj de pared hortera que suele presidir este tipo de oficinas. Así que, atentando contra cualquier protocolo de comportamiento en colas de organismos gubernamentales y contra su propio decoro personal, sacó el bocadillo de mortadela del bolsillo de su chaqueta y empezó a dar buena cuenta de él. De este modo, fue avanzando la cola mientras él -a hurtadillas- iba aliviando el hambre a grandes mordiscos con tan mala suerte que le tocó su turno en el mismo instante que se llevó a la boca el último y más grande bocado de pan con mortadela.
Incapaz de tragar ese enorme trozo de bocata y sorprendido por una falsa dignidad que le impedía ponerse a masticar delante de la ventanilla de tamaña institución del estado, empezó a entregar los documentos pertinentes y permaneció impávido hasta que el funcionario le preguntó: ¿nombre del recién nacido?

Sckrojjchmpf Durkkelman, nunca supo muy bien porqué, adoraba los bocadillos de mortadela, hasta el punto que, desde su más tierna infancia, si le preguntabas te podía asegurar que esa era su comida favorita.
Durante su juventud tuvo varias novias, aunque ninguna podría haber puesto sin faltar a la verdad que poseía don de gentes y buena presencia en un currículum estándar. Ya en esa época obtuvo los más grandes honores universitarios de su vida al ser reconocido, tras una votación a puerta cerrada en la que hubieran podido influir motivaciones sarcásticas, como ayudante de bedel del mes de Marzo. Le encantaban los documentales sobre animales, sobretodo los que se inmiscuían en la vida secreta de las colonias de insectos. Anhelaba con gran fruición convertirse en abeja zángana en su próxima reencarnación. Le gustaba mucho leer hasta el punto que cuando cruzaba por delante de un mendigo, tenía que volver a pasar tantas veces como hiciera falta leyendo de refilón -tal como se leen los carteles de los pobres- hasta poder concluir la lectura. También le gustaba mucho escuchar música por su auriculares debidamente camuflados durante un tiempo detrás de una incipiente melena, unas frondosas patillas y, a veces, incluso, un jersey de cuello alto para asistir a entierros, bodas o reuniones de vecinos en las que pudiese verse atrapado en el rellano de la escalera. Sin embargo, todavía tenía que descubrir cual sería su canción favorita.

El día que conoció a Remilda Voings, justo cuando esta entraba por la puerta de la lavandería y en el preciso instante en que él empezó a descubrir que la ropa de colores vivos no debe mezclarse con la ropa blanca a elevadas temperaturas, sonaba por el hilo musical el "Himno nacional de Hungría". Y fue entonces, mientras ella sonreía coqueta al ver la ropa íntima de Sckrojjchmpf tornada en un elegantísimo rosa amapola, que él supo que esa era la mujer de su vida y, por ende, el "Himno nacional de Hungría" sería desde ese instante su canción favorita.
Al día siguiente quedarían para ir al cine. Llegaron tarde y la única película que empezaba a esa hora era "Suspiros de caracol", un presunto remake de un film en blanco y negro sobre la vida de unas nadadoras de natación sincronizada.
A pesar de ser un bodrio intragable, esta sería para Sckrochjjmpf su película favorita durante el resto de su vida.
Siguieron años felices en los que se casó con Remilda Voings después de un largo noviazgo y una liposucción abdominal para que esta cupiera en el vestido nupcial usado por su bisabuela.
Realizó varios trabajos temporales, uno de ellos tan efímeramente eventual que duró apenas quince minutos al negarse a ponerse pajarita alegando motivos ético-religiosos, hasta que, al fin, pudo hacer realidad su sueño de ser actor; si bien, el personaje que interpretó era el cadáver de un tipo muerto por peste tifoidea en una fosa común y, para más inri, en una de las secuencias se le escapa un estornudo. También le gustaría mucho viajar, viajó a lo largo y ancho del mundo, también a lo hondo, ya que se cayó en un pozo y tardaron tres días en rescatarlo. Otra de sus peculiaridades era que le gustaba sentarse en el sentido contrario a la marcha cuando iba en trenes y autobuses. Su color favorito era el naranja; y sin embargo, le gustaba el verde para las paredes, el beige para vestir y el azul para los ojos de las personas amadas.
Prefería el invierno al verano, ir a la montaña antes que a la playa y en la interminable dicotomía entre los altramuces y los pistachos se decantaba tímidamente del lado de los pistachos.

Ahora, Sckrochjjmpf Durkkelman no recuerda que su comida favorita es el bocadillo de mortadela, que su canción favorita es el "Himno nacional de Hungría", ni que su película favorita es "Suspiros de caracol", ese bodrio intragable. Desde hace unos años padece alzheimer y no recuerda que es Sckrochjjmpf Durkkelman. Sin embargo, cuando Remilda Voings, que no se aleja ningún día de su lado, lo llama por su nombre: Sckrochjjmpf. Él, a veces, entorna su cabeza emocionado esperando ver aparecer al propio Sckrochjjmpf del cual posee algún recuerdo y que, a pesar de no acordarse de que es él mismo, piensa que es un tipo que le cae bastante bien.

martes, octubre 23, 2007

Protección anti-terremotos.

Tenía en la repisa interior de la ventana una albahaca. Una planta que, además de sus intrínsecas propiedades botánicas y estéticas, poseía la facultad, segun rezaba la sabiduría popular, de repeler los mosquitos. A él le gustaba pensar que también le protegía de los terremotos, auyentaba los rayos en días de tormenta y le resguardaba de las desgracias de la vida en general. Pero no fue así.
Eran las siete de la tarde de un martes cualquiera y llevaba aun el pijama puesto. Había calentado una tortilla de patatas precocinada en el microondas y ahora jugueteaba a trincharla en pedacitos mientras se enfriaba, poco a poco, sin apenas haberla probado. Pincha un pedacito con el tenedor, lo mira con desdén y se lo ofrece de comer a la albahaca ¿Quieres?
Ahora le gustaría poder alimentarse como una planta, irrigandose a través de raices que absorvieran la humedad y haciendo la fotosíntesis con la poca luz que entra a través del resquicio que dejan los rieles de las persianas cerradas, otrora abiertas hasta arriba y con las cortinas corridas de par en par.
Tira los restos de comida al cubo de la basura orgánica. También él debería ser arrojado al container de residuos orgánicos y que lo reciclaran en algo útil como abono para campos. Quizá sea eso, quizá debería ofrecerse él mismo como comida para plantas , ofrendarse a su albahaca para que pudiera alimentarse directamente de él completando así algun inexorable ciclo de la naturaleza.
Se muerde un poquito de piel muerta del contorno de las uñas y lo introduce dentro del tiesto de la albahaca. Ahora, ha probado la carne humana y se volverá una planta carnivora devora-hombres. Ahora has probado la carne humana y te volverás una planta carnivora devora-hombres. Le habla en susurros, despacio como si le dictara un texto para que pueda seguirle.
Se acuerda de haber leído en algun sitio que a las plantas la música les afecta sus ciclo vital; o sea, que, tal vez, de alguna forma remota pueden oirte, o sea que tal vez de alguna forma puedes oirme, quien sabe si entenderte, quien sabe si entenderme.
Así de este modo, en vez de escribir un diario, en vez de hablarlo con alguien cercano o pedir hora para el psicologo, en vez de cualquier otra forma de desahogo, empezó a contarle todo lo sucedido a su albahaca anti-mosquitos. Al final acabó llorando y regó aquel día la planta con sus propias lágrimas naturales.
A los pocos días la albahaca moriría.

miércoles, octubre 17, 2007

Pasos a seguir para despertarse con buen pie.

Paso A: Cruce el umbral de los sueños esta vez al revés de regreso hacia el mundo real. Hágalo con delicadeza, sin soñar en saltos bruscos al vacio o muertes violentas que lo despierten de sopetón. Ejecute un plan de fuga asiendo suavemente el pomo de alguna habitación en la que cual transcurra alguno de sus sueños, ábrala lentamente, dejese cegar por la luz que emana del otro lado, cruce el umbral de la puerta en dirección al mundo de los vivos.

Paso A (bis): Si su sueño acontece en un descampado o espacio abierto donde no haya puertas con que volver al mundo real, lleve a cabo el siguiente ritual: junte los pies, flexione las rodillas, tome impulso y salte lo más arriba que pueda en dirección vertical extendiendo la mano como para intentar tocar: el Sol, la Luna, un avión que pasa por ahí surcando el cielo o la manzana que cuelga de la rama de un arbol si ud. está soñando que todavía es un niño (a lo mejor porqué todavía lo es. Aunque eso no debe preocuparte mucho; ya dejarás de serlo).

En el momento en que alcance ese objetivo inalcanzable su cerebro se dará cuenta de que es provable que esté ud. soñando ya que en la realidad los anhelos inaccesibles no suelen alcanzarse. Eso hará que su mente logre cruzar mediante el raciocinio el umbral de los sueños y, de esta forma estará empezando a despertar correctamente. Si no funciona prube lo contrario, intente cabar un tunel bajo sus pies para intentar salir por el otro lado del mundo.

Paso A': Si lo que ocurre es que ud. no sabe soñar o no controla sus sueños podrá usar en ese caso el vil recurso del despertador. Eso le convertirá en un ser esclavizado bajo el yugo de la tecnología y del tiempo. Para intentar disimular la decadencia en la que se verá sumido no estará de más que el sonido del despertador pueda ser una canción tirolesa o, mejor aun, el canto de un gallo.ç

Paso A'(2): En caso de que no sepa soñar, no controle sus sueños, no tenga despertador, pero duerma acompañado, no lo dude, hagase despertar.

Para estos menesteres tenga en cuenta que siempre será mejor que a uno lo despierten con un beso y un susurro que con el habitual grito más codazo en el costelar.

Paso B: Partiendo del suposito de que ud. duerme solo o lo hace con alguien a quien odia profundamente en este Paso para conseguir despertarse correctamente será absolutamente esencial que se tire un (preferiblemente) estruendoso, (recomendablemente) retumbante e (inevitablemente) maloliente pedo. Este oxigenara su interior de gases viciados durante la noche, purificará sus entrañas y, si posee ud. la suficiente empatía, le hará entrar en conciencia del mundo circumdante, osease, la cama en que despierta y quien puede haber más allá de las paredes de la habitación.

Paso C: Recordarse. Antes de abrir los ojos será conveniente recordar quien es ud. o de quien se trata. Este recuerdo, usualmente, suele sobrevenir sin más al cabo de un segundo después de tomar conciencia de la realidad. Sin embargo, en algunas ocasiones o en determinados sujetos, será necesario hacer un poco de memoria antes de poder acordarse de quien es uno mismo. Para facilitar el acceso a la propia identidad intente recordar su nombre, si no lo consigue, repase el abecedario en orden alfabético descendente intentando componer nombres que empiecen por cada una de las letras. Si esto no funciona, de momento, pálpese la entrepiera para saber, en todo caso, más o menos, si ud. es hombre o mujer. O toque su cara para poder ver como lo haría un ciego sus propios rasgos faciales. Pero en ningún caso debe abrir los ojos sin haber recordado antes quien es ud. o podría olvidarlo para siempre.

Si la amnesia prosigue intente recordar, al menos, su pelicula favorita, su canción preferida o su obra de arte predilecta. Si resulta no tener pelicula, canción o obra de arte que le definan como ser humano pruebe, al menos, a evocar su mayor virtud y su peor defecto. Para definir sus sentimientos intent acordarse de la persona que más quiere y de la que más odia; aunque si resulta ser la misma persona esto los confundirá aun más.

Si a pesar de todo no consigue recordar quien es. Como último recurso intente pensar que tipo de persona le hubiera gustado ser y abra los ojos. Quizá con un poco de suerte consiga serlo.

Paso D: Abrir los ojos. Hágalo como se abre una persiana por la mañana, como se abre una nuez. Ábralos como se abren unas piernas para ser folladas, como se abren las entrañas de un pez. Ábra sus ojos como se abre una bebida de cola, como si se abrieran las puertas de un centro comercial el primer día de rebajas. Ábra los ojos cada mañana como se abren los libros, igual como abre el subsuelo de la tierra un terremoto. Ábralos así.

Paso E: Desperecese, quitese las legañas, rasquese, másturbese o haga el amor si procede. Intente recordar su último sueño para poder contarlo como anecdota en un aperitivo o poder interpretarlo guiado por su psicoterapeuta. Haga planes de lo que debería hacer hoy. Piense que este podría ser el último día de su vida. O, si este pensamiento le produce ansiedad, mejor piense que este podría ser el primer día de su vida.

Entonces, salte de la cama con decisión. Aunque antes debería asegurarse de que no se trata de la litera de arriba de una cama doble. Con lo que podría muy bien ser que ud. estuviera en la carcel o tuviera muy corta edad y estuvieras durmiendo aun en la misma habitación que tu hermano/a o, en todo caso, que el piso que vives es muy pequeño. De todas formas, si ese es el caso baje con precaución. Pero, sea cual sea su cama, la de arriba o la de abajo, doble o indibidual, blandita o dura; aunque sea la cama de la suit principal de un hotel de lujo o una cama de cartón dentro del cajero de una sucursal bancaria, tanto si durmes bajo las estrellas como si surcas el cosmos des del camarote de una nave espacial, aunque se trate de la cama hecha de clavos de un faquir o el relleno de colchón sea de plumas de ave fénix, sin importar que sea una cama de hospital de la sección de maternidad donde nacen los niños o la del pabellón de enfermos terminales del mismo hospital donde la gente va a morir. Da igual. Cuando te levantes, hazlo siempre con el pie izquierdo, apoyando la planta de ese pie en el suelo en primer lugar, tentando al destino, achuchando a la vida, sin miedo a nada de lo que pueda pasar después de haber conseguido despertarte otro día más.

martes, octubre 02, 2007

El ataque de los escritores zoombie mosquito en vela.

Solía amanecer tras el periodo trasnochable antidiluviano de una noche en duermevela con las pantorrillas llenas de picaduras de mosquitos. O sea, escritores reencarnados en insectos punzantes. Era la auténtica musa de la metempsicosis literaria entomológica.
Sus sueños, por un proceso químico inexplicable, desprendía feromonas (sobretodo cuando tenía ese sueño recurrente en que aparecía rodeada de focas monje en celo) y esto hacía que los escritores reencarnados en mosquito acudieran en ordas fasciculadas a su llamada olfativa atraídos por la química de las historias que se velan en sueños. Su vocación de escritor muerto les hacía entrar en un frenesí de lujuria y antropofagia en que intentaban comersela viva succionando toda la sangre de su cuerpo para saciar sus ansias literarias. La penetraban milimétricamente a través de sus poros y era casi como follarsela a nivel casi microscópico. Los escritores mosquito relamían sus agujones fálicos, rebañaban con fruición sus antenitas sanguinolientas y se atiborraban hasta empalagarse de aquel fluído repleto de esas substancias químicas con que se fabrican los sueños.
Luego todo quedaba en calma. Los escritores zoombie mosquito exhaustos tras su bacanal onirico-antropofagico-literata. Y sobre la tersura de la piel de sus piernas una constelación de picaduras de insecto cuyos puntos podían ser unidos con un boli de tal manera que formaban palabras.
Los escritores mosquito resurrectos habían escrito de esta forma sobre su piel. Sin embargo, en contrapartida, habían quedado inoculados -sin saberlo- por el virus H3ZQ de la desdicha. Y ahora con la primera luz del alba, partían dispersandose en todas direcciones para contagiarlo por doquier.

lunes, septiembre 24, 2007

Encuentros con el Sr. Brünning II.

En un auditorio musical al fondo de la sala flanqueado a su derecha por un extintor y a su izquierda por la puerta de los lavabos enfundado en un traje de pàna marrón con la vista perdida, quizá no en el infinito pero seguro si en alguna galaxia lejana, maldiciendo a soto voce en alguna lengua muerta sin conexión aparente con la realidad circundante en medio de una clase musical gratuíta que le había tocado en el anverso de la etiqueta de un paquete de supositorios esmerandose en la ardua tarea de aprender a tocar un acordeón encontré al Sr. Brünning. El único ser humano que he conocido capaz de articular, sin intención previa, un grácil instrumento de viento hasta conseguir convertirlo en un instrumento de percusión.

viernes, septiembre 14, 2007

Encuentros con el Sr. Brünning.

La última vez que ví al Sr. Brünning era miercoles. Yo venía de desplumar pollos (por hooby), actividad que me dejaban ejercer gratuítamente, es decir, sin que me pagaran nada y a la vez, sin ser yo tampoco remunerado en la carnicería La Oveja Chillona. El Sr. Brüning permanecía sentado en un banco desde hacía horas, según él, esperando a que se desplome un satélite, según otras fuentes (algunos vecinos fisgones) pegado al banco ya que se había sentado esa mañana poco rato después de que le aplicaran una mano de barniz (al banco) y ahora no podía levantarse.
Incapaz de admitir un error propio, permanecería ahí hasta bien entrada la noche cuando no hubiera nadie que pudiera verle desgarrando la tela trasera del pantalón para poder huír.

lunes, julio 30, 2007

Sobre estatuas equestres.

Entre todos los homenajes póstumos que una persona puede recibir, el más solemne y emblemático provablemente sea la estatua equestre. Poder pasar a la posteridad a lomos de un caballo encumbra una magnificiencia sin igual. Si bien es bueno saber que en la liturgia de las estatuas equestres segun la posición del equino la muerte del jinete fue una o otra:

Si el caballo aparece con todas sus patas sobre el suelo el personaje al que se le ha eregido la estatua en cuestión murió de muerte natural.
Si, por contra, las dos patas delanteras del caballo aparecen levantadas eso indicaría que el conmemorado murió en el campo de batalla.
Pero si solo permanece en alto una de las dos patas delanteras vendrá a decirnos que la muerte le llegó en el lecho pero debida a heridas recibidas en combate. Si es la derecha es que la muerte le llegó plácidamente mientras dormía, si se trata de la izquierda murió con gran sufrimiento al caerse de la cama y romperse la crisma.
Una pata trasera del caballo levantada significará que la persona murió mientras meaba.
Así mismo, si el caballo es representado con una prominente erección esto indicará que el homenajeado falleció mientras hacía el amor con alguna de sus numerosas concubinas, si bien es cierto que también puede interpretarse que lo mató una serpiente pitón.
Un caballo con las orejas gachas significará inequivocamente que el personaje en cuestión ha muerto al pisar una piel de plátano tirada en el suelo.
El caballo haciendo el pino sobre sus dos patas delanteras con la crin erizada al viento, los ojos desorbitados en sus cuencas, los agujeros de las narices dilatados y los dientes rechinantes en una mueca de locura y de rabia será indicador de que el jinete murió mientras cabalgaba al ser arrojado al suelo por su propio caballo.
Por su parte, una cola de caballo erguida podrá indicar valentía y honor en la hora de la muerte. Aunque también que el caballo y su amo mantenían frequentemente relaciones íntimas.

viernes, junio 29, 2007

Humor inteligente: Chistes sobre Física Cuántica.

¿En que se parece un anti-átomo de oxígeno, un anti-protón de hidrógeno y un Principio de Incertidumbre de Heissenberg?
El anti-átomo de hidrógeno y el anti-protón de oxígeno en Nada. Y el Principio de Incertidumbre de Heissenberg es para despistar.



Se encuentran por la calle Edwin Schördinger y Max Planck. El primero lleva toda la cara llena de rasguños por lo que Planck le pregunta que le ha sucedido. Schrödinger, muy nervioso, le dice que ha estado mezclando isótopos radiactivos con gaseosa dentro de una pecera y está estalló provocandole las heridas en el rostro. Pero Planck, perspicaz como él es, sabe que el comportamiento de los isótopos en fluídos gaseosos no debe alterar su estabilidad molecular, con lo que la historia tiene que ser falsa. Al increpar a Schördinger este admite que ha mentido y, más nervioso aun, cuenta que lo que en realidad sucedió fue que juntó un rastrillo a una particula llamada Tachión que tiene entre sus cualidades el llegar a su destido antes siquiera de haber salido del punto de partida, que por eso al intentar recoger el rastrillo este ya había sido recogido y fue entonces cuando se arañó en la cara con sus puas. Pero Planck niega la posibilidad de la hipotética existencia del Tachión y, es más, ni siquiera está seguro de que Schödinger tenga rastrillo. Y así se lo hace saber al propio Schödinger.
A lo que este, perdiendo la compostura responde: ¡¡¡QUE PASA, EL GATO ES MIO Y ME LO FOLLO CUANDO QUIERO!!!

domingo, junio 24, 2007

La Dinastía Ping.

Los Ping fue la Dinastía precursora en el uso del timbre en el manillar de bicicleta sustituyendo a la hasta entonces clásica bocina y mejorando así ostensiblemente la acústica de las calles. También se debe otorgar como mérito propio de la Dinastía Ping el haber implantado con exito el timbre de repción de hotel y gracias a su generalización paulatina haber hecho caer en deshuso los anacrónicos gongs y con ello derrocar a la antigua Dinastía Gong que regía hasta entonces el Imperio de forma tiránica amedrentando a la población con infames resonancias, vibraciones y amenazas con el mazo.
Anteriormente a eso los enfrentamientos entre la Dinastía Ping y la Dinastía Gong se habían prolongado durante decadas. Los Gong sustentaban su poder económico en el dominio de la ruta del cobre mientras que los Ping inventarón y promocionaron el uso del muelle e hicieron grandes fortunas comerciando con camas de muelles y boligrafos con punta retráctil.
Pero su confrontación ideológica principal radicaba en sus creencias sobre las onomatopeyas. Así, los fervientes seguidores de la Dinastía Gong creían en un Ser Supremo llamado Katapum que manifestaba su ira hacia la humanidad en forma de rayos y truenos y que solo podía ser apaciguado benerando esos sonidos usualmente monosilábicos immutables e imperecederos que ellos consideraban sagrados llamados onomatopeyas.
Los Ping, por contra, defendían que la onomatopeya era en sí misma una creación del hombre sustentada en el lenguaje y que, por tanto, era imperfecta, efímera y suceptible a modificación. Si bien no sabían explicar porqué el graznido de un pato no producía eco.
En todo caso, la Dinastía Ping fue la que acabó imperando y reinó largamente gracias a su celeridad en las recepciones de hoteles y oficinas gubernamentales, así como a la creación del Gran Carril Bici que recorría toda la frontera del Imperio.
Su esplendor llegó con la popularización del novedoso juego de mesa llamado así mismo Ping-Pong en honor al Emperador Ping y a su hermano siamés Pong fallecido nada más nacer en una operación a vida o muerte para intentar separarlo del dedo meñique de Ping.
El Ping-Pong fomentaba el deporte indoor en oposición al tennis que predominaba en otras culturas más allá de los dominios del Imperio y, gracias al ventajoso tamaño de las mesas de Ping-Pong se pudo practicar en espacios reducidos abandonando de esta forma la dependencia de los grandes latifundios rurales. Se potenció así el crecimiento de grandes urbes y la aparición de una acaudalada nueva burguesía.
Pero quizá ese fue el principio del fin que más tarde traería consigo las grandes hambrunas que, aun a pesar de conseguir ser mitigadas en parte gracias a la aparición del microondas y con él el dominio incontestable sobre los alimentos precongelados, eso no haría más que retrasar la hecatombe de una Dinastía en claro declive.
Su decadencía final llegaría, sin embargo, por una revelión interna desencadenada por la predominancia del ring en los timbres de las puertas de las casas de algunos campesinos y junto a ello la proliferación indiscriminada del uso de la mirilla.

sábado, junio 16, 2007

Ritual frente al mar bajo la luz de la luna llena.

Hay que situarse frente al mar en noche de luna llena e ir totalmente desnudo, eccepto, el calzado. Entonces, descalzarse y escupir, sin agacharse, sobre el pie izquierdo -simbolo corporal de la desdicha- en señal de protesta por lo de las veces de la mala suerte. Luego, hacer como que te agarras la cabeza con dos manos y la arrancas del cuello o, a elegir, la desenroscas y suavemente -pero con sumo odio contenido- la depositas sobre la orilla, allí donde baten las olas. Acto seguido y cogiendo impulso le das tremenda patada a tu cabeza imaginaria depositada sobre las rebabas del mar en dirección a la linea del horizonte procurando que salpique agua para mayor efecto melodramático.
Llevado a cabo este paso lo siguiente que se deberá hacer es rascar el codo izquierdo con la mano derecha y, al unisono, con la mano izquierda hacer lo mismo con el codo derecho demostrando así una vez más que las soluciones sencillas suelen ser las mejores y que rascar el codo propio de la mano con que se intenta rascarlo no estaría excempto de grave dificultad. Esto a la vez que se entra en la fase de exaltación del uso de la pinza en el ser humano a raíz de la evolución del dedo gordo o pulgar llevado a cabo con la típica coreografía del baile del cangrejo. Consistente en mover las manos como pinzas de cangrejo con los brazos por encima de la cabeza mientras se camina de lado de aquí para allá. De esta forma nos confundiremos con la naturaleza de la que jamás tuvimos que diferenciarnos tanto. Este efecto de camuflaje se puede potenciar cubriendo nuestra cabeza com algas.
Ahora pronunciaremos, bajo la luz de la luna llena y encomandandonos a los espiritus del aire, de la noche y del mar las palabras mágicas: Por favor.
Y es así como el ritual para que se nos curen las almorranas habrá concluído.

martes, junio 12, 2007

Obsesiones:

René
quería conocer a todas las personas del mundo. Esa era tarea ardua, ya que había miles de millones de seres humanos dispersos en todas direcciones sobre la faz del planeta que -además- se morían a cientos de miles la hora y, a la vez, nacían a más o menos la misma velocidad.
Peró René no defallecía en su empeño, tal era su obsesión y lo veías desplazarse por las calles a ritmo frenético presentandose exhaustivamente a todo aquel que entraba en su radio de acción y pidiendo que a la vez cada uno se identificara para pasar rápidamente a conocer a la siguiente persona y así sucesivamente.

Rodel
siempre decía y hacía lo contrario de lo que pensaba y sentía por lo que mantener una conversación con él resultaba exasperante. Sobretodo para él. Ya que sus opiniones y sentimientos eran los diatralmente opuestos a su pensamiento verdadero, con lo que sus amigos, en realidad, eran sus enemigos, la mujer con la que se había casado era la que más odiaba, con la que menos afinidad tenía, además de vestir predominantemente del color que menos le gustaba, de votar al partido contrario al que le parecía mejor y pedía siempre en los bares refrescos sabor limón en vez de pedirlos de sabor naranja que era como a él realmente le gustaban.
Así que llevaba una vida totalmente contraría a la que le hubiera gustado llevar y, aun a pesar de eso, el trabajo que hacía le gustaba bastante, tenía algun vecino que le caía bien y la canción que estaba sonando en este momento por la radio le parecía maravillosa. Quizá, porque hay algunas cosas en la vida que, a pesar de que formen parte inevitable de esta, no las hayas podido elegir.

Jing-Yang-Bao-Wei-Ping-Cheng
era una persona distinta cada día de la semana y el domingo descansaba. Es por eso que tenía seis nombres, Jing-Yang-Bao-Wei-Ping-Cheng, además de tener siete pares de calcetines con un día de la semana bordado en cada uno. De esta forma, en Lunes, cuando se ponía el par de calcetines que llevaba bordada la palabra Lunes, era Jing y su personalidad, memoria, defectos y virtudes, así como su comportamiento y expectativas de futuro correspondían a Jing y solamente a él. Para luego en Martes pasar a ser Yang y así sucesivamente desde Bao hasta Cheng, del Miercoles al Sábado. El Domingo descansaba y ya no quería ser nadie con lo que no tenía nombre y no le importaba nada.
A veces, realmente la gente no sabía muy bien si era un hombre con seis nombres o cada uno de aquellos nombres pertenecía a una persona diferente. Eso sí, cuando era Jueves y se llamaba Ping, si estaba solo en casa y sonaba el microondas se giraba y preguntaba ¿Que quieres?

Safar
hacía las cosas del revés. Ya de pequeñito era el único de su clase que sabía hacer el pino. Luego fue creciendo y seguía haciendo todo al revés. Si leía un libro empezaba siempre por el final e iba avanzando por el relato retrocediendo a través de las páginas hasta acabar por el principio de la historia que, si el libro era lo suficientemente bueno, era tan inesperado como el final. Si escribía lo hacía de izquierda a derecha de abajo a arriba.
También se ponía la ropa con las costuras y las etiquetas por fuera. A la hora de dormir se despertaba y cuando era la hora de despertar se dormía.
Cuando ligaba con alguna chica lo primero que hacía era follarsela, después le tocaba una teta, entonces la besaba y luego la iba conociendo un poco hasta que finalmente le preguntaba su nombre.
Tal era su obsesión por hacer las cosas al revés que cuando nació en realidad había muerto y cuando finalmente murió empezó a vivir.

Cristofer
se levantaba por la mañana y no tenía más objetivo que perseguir su propia sombra. Esto sucedía hasta las doce del mediodía, hora en que su obsesión de alcanzar su sombra mutaba (presumiblemente porqué había conseguido atraparla) y, entonces, se dedicaba a intentar huír desesperadamente de ella. Y esto era así hasta el anochecer.

jueves, mayo 31, 2007

Emulsiones pedestres para Manoli.

La piedra Manoli ha tenido una vida muy dura.
Ella soñaba con ser una almohada blanda y confortable en la que las personas descansaban sus preocupadas cabezas y encontraban reposo, consultaban sus dudas, resguardaban sus secretos y soñaban los sueños más bonitos.
Pero Manoli no llegó a ser más que una piedra en el camino a la que la gente esquivaba o tropezaba más de una vez por pura esencia de ser humano. Y como las piedras no sienten o se supone que no deberían sentir Manoli no sintió toda esa soledad o tristeza de peñasco, ni la nostalgia de surcar los cielos en alguna guerra antigua lanzada por una catapulta.
Manoli no sería la primera piedra de ningún edificio emblemático bajo la que guardar objetos simbólicos y representativos de los simposiums y bailes de disfraces que ahí se celebrarían. No será piedra angular, ni piedra pomez que rasque la planta de tus pies. No será la primera piedra que osen lanzar los que estén libres de culpa. Y seguro hubiera ser querido piedrita en tu riñón.
Pero a lomos de una montaña surca Manoli la tierra que la vió nacer. Convirtiendose en polvo por la erosión orográfica y aguardando con toda su paciencia de piedra que estalle el mundo y salga disparada a surcar el cosmos para ser meteorito que cae des del cielo en algun lejano planeta interestelar donde Manoli, por fin, pudiera ser feliz.

viernes, mayo 25, 2007

La firma del olvido.

Era el abajofirmante de gran parte de la literatura universal y de miles de frases célebres además de casi todas las amenazas de muerte o notas de secuestro. Y, aun a pesar de eso, a Anónimo no le conocía nadie.
No le pedían autógrafos por la calle, ni se subastaban mechones de su pelo por cantidades astronómicas de dinero. Anónimo no salía en el diario, ni le invitaban a café en cualquier bar. No tenía un club de fans, ni escribían canciones inspiradas en su biografía. No le hacían los paparazzis fotos con zoom bañandose en la playa. Tampoco nadie le pondría su nombre de pila al primogenito en su honor.
No creaba tendencias y nadie se vestía como él, se peinaba como él, ni sacó nunca su propia linea de calzado. Tampoco le salían hijos secretos reclamando su paternidad, ni se encontraba con su cara en los paneles de las marquesinas de las paradas de los autobuses. Las monedas y los billetes tampoco portaban su esfingie y su rostro tampoco apareció en sellos commemorativos de él. Jamás se celebraría el día de Anónimo en el aniversario de su muerte, ni vendrían gentes de los lugares más dispares del planeta a visitar su tumba, no se laminaría su cerebro a rodajas para que lo estudiaran los científicos, ni nadie guardaría su pene disecado para la posteridad.
Por todo eso, a Anónimo no le cambiaría nunca el carácter debido a la fama. A él lo que le cambiaba era el anonimato.

martes, mayo 22, 2007

Pasa la vida a veinticincomil Km/h.

Abro los ojos. Ya es de día. Miro por la ventana. Hace un día nublado. Me pica una oreja. Me rasco. Pasa otro segundo más. Pestañeo. Me vuelvo a rascar la oreja. Bostezo. Pienso donde estarás ahora. Observo la pared. Esbozo una especie de mueca que podría parecer una sonrisa. Pero no lo es. Ahora pienso en lo importante que es respirar. Intento concentrarme para respirar con más precisión. Inhalo y exhalo aire con el máximo rigor. Me ahogo. Pasa una mosca.

miércoles, mayo 02, 2007

El derecho inalienable de volver a nacer (instrucciones pro-obstetricia).

Si ud. ya ha nacido antes -se le supone- todo eso que lleva por delante y, sin embargo, para nacer la próxima vez, esta vez, correctamente no es bueno hacer uso de recuerdos post-o-pre-natales, ni tan siquiera intrauterinos.
El buen gusto al nacer será importante en este sentido. Por tanto, es ideal hacerlo de madre (no de huevo o por osmosis) y hacerlo por el orificio correcto. No vaya uno a nacer por el mismo agujero por el que podría haber sido cagado.
Coquetee con la posibilidad de no haber nacido nunca o de no haber de nacer nunca. Sopésela.
Si, a pesar de eso, decide seguir adelante tenga en cuenta que lo conveniente nada más nacer es, al contrario de lo que se piensa, empezar a reirse a carcajadas. Tiempo de llorar y motivos ya habrá de ahora en adelante.
Si tiene la oportunidad -ya que se suele nacer ciego- asegurese de palpar alguna característica distintiva de sus progenitores, como la nariz o las orejas, para evitar que puedan cambiarselos en el hospital.
Recuerde que haber nacido le proporcionará ventajas más adelante como poder usar zapatos, mesarse los cabellos al viento de la primavera o disponer de una hipoteca.
Además, haber nacido conlleva implicitamente el privilegio de morir. Ación mucho más compleja en sí misma que requiere de toda una vida para aprender a hacer correctamente.

martes, abril 24, 2007

El Infierno de los Escritores.

Para que un escritor sea bueno ha de estar muerto.
Cuando un escritor muere su alma va al Infierno de los Escritores. Tan pronto como llega le cortan la mano de escribir -la hábil- y es hostigado a escribir con la otra para que sepa lo que siente un niño. Cuando, por fin, haya aprendido a hacer buena letra con esa mano, se le corta también. Eso hará que deba aprender a escribir con el pie. Se le da la opción de escribir con el pie o de hacerse cantante o ebanista -la opción menos dolorosa será aprender a escribir con el pie- aun y a pesar de que cuando lo consigas se le propinará una paliza tal que se quedará tetrapléjico del cuello para abajo.
Esta será la señal que indicará el momento en que debe empezar a decidirse a escribir sujetando el bolígrafo con la boca. Un acto delicado y a la vez sublime que tiene además la virtud de privar de horrendas manías como escribir en voz alta o hacerlo mientras comes albondigas con salsa. Aunque eso ya no debería preocuperle más ya que en la penúltima etapa del Infierno de los Escritores se le lesiona la médula espinal hasta el punto de dejarle tetrapléjico total con lo que a partir de ahora solo comerá sorbiendo papillas por una pajita rosa. Para compensar se le instala un chip en la cabeza que permite dictarle eficazmente por un procedimiento similar a la telepatía tus palabras a un ordenador. Esto facilitará mucho la labor de escribir y es quizá por eso que esta fase es con creces la más efímera ya que apenas gozando de los primeros éxitos del chip se lo mata.
Ahora está muerto de su propia muerte en el Infierno de los Escritores. Pero si es un escritor de verdad, volverá y allí donde haya un dedo posado sobre una ouija volverá al oficio de juntar letras en palabras y palabras en oraciones y oraciones en literatura, condenado-bendecido para toda la eternidad.
Porque en el Infierno de los escritores todo lo escrito se vuelve en tu contra y son marcadas a hierro sobre tu cuerpo -una a una- todas las palabras de todos tus escritos de toda tu obra. Cuando seas una llaga viva se te hará tragar mediante un embudo todos los litros de tinta que escribiste y se te hará tragar cada hoja escrita en forma de papel arrugada aderezada con mostaza.
En el Infierno de los Escritores todo dolor por una muerte escrita se convierte en dolor propio y lo sientes en tus carnes. Eso implica tanto el posible dolor físico por muerte violenta, como el dolor trágico y miedo de saber que ha llegado la hora del fin, así como el dolor ajeno de los allegados por la desaparición del ser querido. Los tres dolores juntos en uno solo se podrán sentir.
En el Infierno de los Escritores por cada falta de ortografía que se cometa hay que tragar un trozo de cristal roto de una ventana por donde vio marchar a la amada por última vez el amante despechado, que duele más.
En el Infierno de los Escritores el abuso de metáforas inverosímiles conlleva que una vaca voladora se pose sobre tu cabeza y defeque encima de ti. Por cada metáfora una nueva vaca y una nueva cagada y eso será así hasta llenar una cisterna tal que no hagas pie ni. A partir de entonces, se sustituirán las vacas,para ahorro vacuno y disminución de emisiones de metano en la atmosfera, por una cuchilla que dará vueltas como la aguja de un reloj a ras de la superficie por cada metáfora sobrante. Así cuando el escritor vea acercarse la cuchilla no tendrá más remedio si quiere salvar el pescuezo que hundir la cabeza en la mierda y así, tal como suele proceder en la mecánica de los infiernos, durante toda la eternidad.

lunes, abril 23, 2007

Más allá de las tapas.

Un libro siempre debe ser una via de escape, ya sea a traves de su literatura contenida o porque quizás al cogerlo de la estantería se acciona el mecanismo de apertura de un pasadizo secreto. O sinó, en todo caso, porque al abrir el libro tiene perfilado en su interior un hueco donde haya escondida una lima o una llave, tal vez, una pistola.

martes, abril 17, 2007

Canción de cuna.

Duermeté o vendrá el camión de la basura y se te llevará. Duermeté o la Luna se estrellará contra tu casa. Duermeté o debajo de tu cama puede abrirse la escotilla de los monstruos, el pasadizo secreto que también conocen los vendedores de seguros.
Duermeté o tu sangre se convertirá en café.
Si no te duermes pronto, se te pudrirán los ojos y las ovejas carnivoras del insomnio se te comerán. Si no te duermes ya, te diluirás en medio de la oscuridad y cuando se haga de día ya no estarás, habrás desaparecido por entre las particulas subatómicas del aire.
Duermete de golpe y duermeté ahora porqué lo digo yo. Duermeté con rabia y de sopetón. Deja que los ácaros te silven esta nana desde la almohada, que cuando duermas entrarán por tus oidos y por tu nariz, acamparán en tus cejas, se darán un festín con tus legañas. Deja que los ácaros te acunen con esta canción, deja que velen tu nombre mientras duermes, que susurren a coro tus peores pesadillas.
Y cuando estés a punto de dormirte piensa en la gente que murió mientras dormía -plácidamente- que ya no despertó jamás.

martes, abril 10, 2007

Infinitum Mamouska.

Me corto el borde de la uña del dedo meñique de mi pie izquierdo dentro de la ducha dentro del cuarto de baño dentro de la casa que esta en medio del barrio que está en medio de la ciudad que pertenece a la comarca que pertenece a la provincia que pertenece a la comunidad autonoma que esta dentro del pais que esta dentro del continente que forma parte del planeta que forma parte del sistema solar que queda inmerso en la galaxia que está incluida en el cluster incluido en el super-cluster que está dentro del universo. Universo, que por alguna extraña razón que desconozco está dentro de un átomo de la uña del dedo meñique de mi pie izquierdo.
Oniric Mamouska.

Sueño que sueño que sueño que sueño contigo que sueñas que sueñas que sueñas que sueño que sueñas conmigo soñando que sueño contigo. O que sueño que sueño contigo soñando que sueñas conmigo.

jueves, abril 05, 2007

Contra los excesos del civismo:

Una cosa es recoger las cacas de tu perro y otra muy diferente llevartelas a casa y presentarlas como segundo plato. Tampoco es necesario ir buscando por las aceras y recoger la de todos los perros del vecindario, catalogarlas por peso y tamaño, ponerles nombre a cada una. Recuerda, darle besos a las defecaciones de tu perro, acurrucarlas y prometerles que te separarás de tu pareja y os escapareis a vivir juntos en una isla lejana no te hace un ciudadano más cívico.

martes, abril 03, 2007

Tortilla de dos huevos.

La hembra fraudulenta llamada XX gasta siempre huevos XL en su cocina. Abre las tapas siempre de cartón o cartón-piedra y elige siempre que puede huevos morenos. A la hembra XX le hubiera gustado poder criar un avestruz que le pusiera huevos descomunales y guarda siempre las tapas de cartón o cartón-piedra para mezclar témperas con las que dibuja hermosos cuadros de jabalíes fornicando.
A veces, le compra huevos a una señora campesina que tiene gallinas y se los trae en bolsas de plástico. Esos huevos son la maravilla y supernaturales hasta el extremo que en su cáscara aun hay restos de caca gallinacea, elemento que ensalza la pureza del huevos. Bien lo sabe ella ya que sus gallinas murieron atacadas por perros y ahora compra huevos en el supermercado y les pega caquita de su pato Emilio que sobrevivió al ataque perruno untada con pegamín.
La hembra fraudulenta XX elige siempre que puede dos huevos morenos para hacer la tortilla. Los sopesa. Los manosea apenás levemente con al algo de asco y de ansia y con bastante rigor científico. Pero los soba con dulzura y de entre los dos elige su preferido, el que le resulta predilecto y lo rompe con toda su furia XX contra el duro canto del marmol de la repisa de la cocina. El huevo se quiebra como si estuviera naciendo de él un Diplodocus y la mujer hembra vierte su contenido gelatinoso y pingue en el plato. Así cuando la mujer hembra fraudulenta XX ha posado sobre ese plato los dos huevos con sus claras y yemas respectivas, los huevos semejan ser dos ojos que la miran absortos o dos tetas blancas con su pezón naranja. Dos fetos no natos del embrión crudo de bípedo plume. Y tenedor en mano, la hembra tortillera bate dos huevos en la cocina y un pequeño torbellino en miniatura convierte en papilla lo que podría haber sido un hermoso pollito. Pio, pio.

domingo, marzo 25, 2007

Tu recuerdo es un post-it.

Me acuerdo de ti cuando el fotografo dice: no pestañees, me acuerdo de ti cuando en las radiografías me dicen: no respires. Si tiemblo de frio me acuerdo de ti, si sudo por el calor también te recuerdo. Pienso en ti cuando me masturbo y cuando follo con otra mi último pensamiento antes de correrme también te lo dedico a ti. Me recuerda a ti la calle en que nos conocimos y también, en menor medida, el resto de calles del mundo. Y también cada una de las olas del mar me traen tu recuerdo y lo baten espumoso en la orilla dejandolo varado y a mi vera cerca de donde cruza el vuelo de un mosquito cuyo zumbido al pasar hace que me acuerde de ti. Todos los insectos me recuerdan a ti. Las mariposas de mi estomago, aunque estén en taxidermia, las hormigas en fila india haciendo cola en la acera del cine, los ácaros de mi almohada con el Sindrome de abstinencia de tu marca de champú, también me recuerdan a ti las cucarachas cuando las piso crujientes y pringosas bajo mi pie descalzo.
Me trae recuerdos tuyos la Luna llena y también un dolor de muelas, me acuerdo de ti cuando se me olvida alguna cosa, me acuerdo de ti cuando no puedo dejar de tararear una canción. Te me haces presente si se funde una bombilla, también en el ocaso del Sol. Cuando se pasa de rosca un tapón y cuando sale alguien con tu mismo nombre de pila en los creditos de una película, cuando se encuentran las agujas de un reloj. Porqué pienso en ti cuando sale en las noticias que un huracán ha arrasado un país, cuando encuentro una esquina doblada en un libro, cuando pasa el Cometa Halley sobre el cielo, cuando se eriza el bello de mi brazo cerca de la pantalla del televisor, también si me sale una nuez rancia cuando como nueces, cuando descubre la ciencia el gen de la vida eterna, cuando los extraterrestres invaden la Tierra y nos dan un ultimátum de solo un día para hacer lo que más deseemos antes de destruir el planeta, entonces, pienso en ti. Y también cuando haced ¡ping! el microondas.

jueves, febrero 22, 2007

Instrucciones para subir escaleras (mecánicas). Actualizando a Cortazar.

Lo primero que hay que tener en cuenta para subir unas escaleras mecánicas es que, a veces, el suelo liso, de repente, se pliega en escalones que aparecen debajo de tus pies. Para ello hay que confiar ciegamente en la tecnología y posicionarse en el lugar exacto donde esos fenómenos acontecen, mostrandose relajado y procurando no hacer nada. El acto reflejo de intentar subir una escalera tradicional podría resultar contraproducente arriesgando su exoesqueleto a sufrir algun tipo de lesión.
Ud. solo posicione el pie en donde prevea que pueda aparecer el primer escalón que en este caso particular también será el único y no se preocupe por cuestiones vagas como confundir pie con pie ya que, además de carecer de importancia práctica de todos es sabido que en estos tiempos que corren saber cual es un pie y cual es otro pie es un lujo que no todo el mundo puede permitirse.
Por lo demás, la escalera le llevará plácidamente a su destino. Situese preferiblemente en la parte derecha dejando la izquierda para usuarios con mayor prisa o experiencia que ud. en subir escaleras mecánicas. Si ve que la gente le rebasa en demasía por ese lado ponga cara de ser coleccionista de sellos y vaya concentrandose para el momento de mayor dificultad que será cuando la escalera llegue a su término y, de repente, otra vez desaparezca debajo de sus pies. Después de que eso suceda deberá acompasar su salida de ella levantando uno o alguno o cualquiera de sus pies con el gesto universal de hecharse a andar y, aunque esta habilidad se le presupone, también puede resultarle de gran utilidad consultar el excelso manual de Instrucciones para caminar por el suelo y superficies con ligeras rampas.

viernes, febrero 16, 2007

He cometido muchos errores en la vida. Muchos.
No me arrepiento. Y volvería a cometerlos todos, uno por uno, eccepto este. Eccepto estar aquí contandote que los cometí.

martes, febrero 13, 2007

Oración matutina para la soledad.

Autoinvoco a mi corazón pedestre de hormigón armado contra el día de hoy. Que haga que no me enamore de la primera que pase meneando sus caderas por el efecto pendular sinérgico del vacío que habita en su cabeza. De la gravedad cero, encefalograma llanura herma, efecto hinvernadero de su antimateria gris. Bonitas cáscaras, pero huecas. Todo carcasa sin tic-tac. La nada absoluta enfundandose un traje de piel que -no hay que olvidar- se arruga con los años y las sonrisas.
A la piedra pomez que benero como símbolo máximo del amor pido que mis sentimientos, en caso de poseerlos, no afecten a mi felicidad. Que sea feliz porqué el cielo es azul, porqué el canto de los pájaros se confunde con las risas de los niños y el Sol brilla en el cielo y hace florecer las flores en Primavera y se ponga de moda llevar sombreros de colores y baja el precio del barril de Brent.
No porqué tu, o yo. O sienta una nostalgia lejana o encuentre el amor verdadero.
Apelo a mi caja torácica de aleación de titaneo, oscura caja negra indestructible a las catastrofes, coraza de heroe crepuscular protección antibalas las 24 horas del día para que me resguarde, aunque sea solo por el día de hoy, de arritmias ventriculares, de latidos inconexos al buen funcionamiento cardiovascular, de las sístoles por guiños de ojos, de las diástoles por sonrisa ajena, del pum-pum de un encuentro casual urdido por el destino.
Que haga el dios de las piedras y las crostas que no me enamore hoy.
A un amigo de un amigo que es amigo del amigo de un amigo del sastre del barbero del dentista del foniatra del tio del padre del sobrino del cuñao del primo hermano segundo de un señor que pasaba por allí le parece que le están saliendo almorranas.

domingo, febrero 04, 2007

Prospecto para una cita a ciegas.

Procure no llevar flores por si ella fuera alérgica al polen, a eccepción, claro está, de la inevitable flor en la solapa. En todo caso, es preferible que esta sea de plástico porqué, a parte de evitar sintomatología con posibles alergias, también evitará que, en el caso de que la espera se alargue ostensiblemente, la flor pueda marchitarse en su solapa.
Y, sin embargo, la mejor opción entre las tres posibles para llegar a una cita ciegas es hacerlo antes. La puntualidad exacta no conviene por meticulosa y antinatural, llegar tarde es arriesgarse a no saber nunca si la otra persona se presentó, llegar antes asegura controlar lo sucedido, también el tiempo y la ubicuidad espacial, o, dicho de otra forma un tanto más ostentosa: el continuum espacio temporal.
Así, lo primero que ha de hacer al llegar a la cita a ciegas, que se supone se puede desarrollar en un lugar público tal que un café o un bar, es elegir una mesa en el fondo de la sala pero que ofrezca un recorrido directo desde la entrada. Hállela asiendo los respaldos de las sillas o guiandose con su pie haciendo tope en las patas de las mismas hasta llegar al fondo. Entonces, palpe la pared y sientese -no sin antes cercionarse que lo hace en una silla vacía- de espaldas a la propia pared y de cara a la puerta de entrada, que, en caso de duda normalmente será el lugar por donde entra la corriente de aire y en el que se oye abrir y cerrar la puerta además del posible tilín de unas campanitas admonitorias.
Llegados a este punto, levante un brazo como si quisiera parar un taxi en un día de lluvia y espere con el brazo levantado a oir una voz que se diriga a usted en terminos de ¿que desea? o multitud de sinónimos varios. Encargue un café o le que le apetezca y, luego, muy educadamente, pidale al camarero que haga el favor de dirigirla hacia aquí si aparece una mujer en la puerta con un pañuelo verde anudado en la garganta y los ojos cerrados.

jueves, febrero 01, 2007

Tinnitus.

Oyes. Soy tu zumbido en el odido.
No se lo cuentes a tu médico de cabecera o, con el vademécum en la mano y la ignorancia de la ciencia por bandera, te podría diagnosticar Tinnitus. Y quedarse tan pancho y llegar a casa por la noche, besar a sus hijos, preguntarle a su esposa que hay de cenar, enfundarse sus pantunflas y quedarse dormido en el sofá.
Pero si pega su frio fonendoscopio a tu sien podría llegar a oír una voz lejana que le susurre que no, que todo es mentira, una farsa, que se puede dar por muerto.
Pero no. Tinnitus (amparandose otra vez en el miedo y la farmacopea).
Más triste aun el religioso que achacaría sin dudarlo tus ruiditos internos al castigo divino por escuchar con la oreja pegada en la pared como fornican tus vecinos o por urgarte la oreja con fines lascivos, amén de lividinosos.
No más allá de lo que la sabiduría atribuye como causa de ese pitido al hecho de que alguien esté hablando de ti. O, ya puestos, incluso podría ser que se tratara de una interferencia en el microchip que los extraterrestres han implantado en tu cerebro. Aunque quizá el zumbido no esté dentro de tu cabeza, tal vez proviene de esas misteriosas cajas de empalme de la electricidad que hay en las paredes o eres capaz de oir esos silbatos que solo oyen los perros.
Pero no. Y solo te daré una pista:
El mar escucha dentro de nuestras orejas el sonido de las caracolas.

domingo, enero 28, 2007

Todos vamos a morir y no es una amenaza.

Escribir que alguien está vivo es mentir a la larga. Y todos estamos como el gato de Schrödinger tan vivos como muertos a la vez.
Dormir es bueno, la muerte es mejor, pero lo ideal sería no haber nacido nunca.
Suena el despertador, se asemeja al momento en que el cirujano mirando el reloj del quirofano dice en voz alta la hora del óbito, es como el reloj del pasillo de la muerte el día de la ejecución, con sus saetas rápidas y lentas a la vez.
El dolor se apodera de todos mis sentidos, soy una mueca de dolor en medio del universo, tal como si la realidad me pellizcara en cada centimetro de mi piel para que no pueda seguir soñando.
La voz que oigo en mi pensamieto no es la mia y, de repente, me topo con la frase obsesiva de cada mañana, hoy toca: todos vamos a morir y no es una amenaza, todos vamos a morir y no es una amenaza, todos vamos a morir y no es una amenaza, todos vamos a morir y no es una amenaza, todos vamos a morir y no es una amenaza...(ad infinitum, ad nauseam).

sábado, enero 20, 2007

Allende mares.

Lo admito, me gustaría haber nacido argentino. Pero ahora ya es tarde.
Debo resignarme a que Cortazar ya no pueda ser mi bisabuelo. Tanto por muerte como por genética y en eso menos mal porque que feo. Tampoco puedo aspirar, por mismos motivos tanatorios, a que Quino caricaturice mi infancia. Ni tan siquiera a que Sabina -ese otro engendro de aborto de argentino- me dedique un tango.
No tengo derecho a que Maradona sea mi Dios.
Tampoco creceré junto a Manu Ginobili, ni escucharé a Fito y a Charly en mi preadolescencia. No lloraré por ti Argentina.

No me invadirán recuerdos de mi infancia al probar el nuevo sabor a dulce de leche de los helados Haggen-Dazz. No conoceré la joda, ni el kilombo. No me cebaré un mate a la hora del té. Ni viajaré en colectivo, ni entraré en un boliche, ni nombraré la concha de tu hermana, ni te mandaré al carajo, ni estaré al pedo, ni seré boludo, ni pelotudo, ni tan siquiera huevon.
Che, que querés...me hubiera gustado poder ser argentino.

jueves, enero 18, 2007

Cosas que no le cuento ni a mi urólogo I.

Mi cuerpo segrega uans enzimas que hacen que no vaya a morir nunca -yo lo se- pero no lo digo porqué no quiero que me diseccionen, aun menos que me viviseccionen, aunque puede que esto último ya lo hayan hecho.
Gracias a mi don de la immortalidad puedo hacer planes a largo terminio, a pesar de que rara vez pienso en lo que voy a hacer más allá de los próximos cinco minutos. En todo caso, además de tener en cuenta de que tengo por delante toda la eternidad, también hay que añadir que tengo libre el día de mi entierro. Circumstancia que sin embargo me fastidia un poco ya que me hubiera gustado saber que se siente en el día más importante de tu vida, siendo el protagonista total, como si se celebraran de repente tus cumpleaños todos de golpe y la gente pensara mucho en ti o se alegrara secretamente de no volver a verte jamás.
Presentar mi cadaver impoluto en un feretro de buena calidad y saber que desde mi punto de vista es el mundo el que se muere ese día.

martes, enero 16, 2007

Té quiero.

Como cada tarde, cuando la camarera de la que estaba secretamente enamorado le preguntaba que quería, él, sin ni tan siquiera mirarla a los ojos siempre le respondía lo mismo: té quiero.
Su petición un tanto robótica y con algo de hipérbaton mostraba de forma velada la ambiguedad de sus deseos. Pero ella, envuelta en un halo de cotidianidad y absoluta indiferencia, procedía a traerle sin más esa prodigiosa taza de té que tanto les unía y a la vez les distanciaba.
Con el tiempo, el seguiría siendo tan solo un cliente de gustos fijos de esos a los que cuando veía entrar por la puerta ya sabía lo que iban a pedir y que, por tanto, podía servirselo a la mesa directamente. Sin embargo, quien sabe si por cortesía o por qué a todo el mundo le gusta mantener viva la llama de algun amor secreto, ella jamás dejó de preguntarle que quería.
Te quiero.

domingo, enero 14, 2007

Improbable, implausible, imperturbable, impertinente, impúdico, imprudente, imperioso, imparable, impavido, impresionante, impactante, imponente, imperdible, impensable, impredecible, importante, impio, impoluto, imponderable, impracticable, imperceptible, impenetrable, impaciente, imprevisto, impensable, impetuoso, impresentable...Imposivle.

sábado, enero 13, 2007

Nueva burguesía.

La pobre señora Rumuf que tenía un antojo de comer pipas pero en el super no quedaban pipas peladas y como no le apetecía pelarlas no las compró, más aun teniendo en cuenta que las puertas del establecimiento no eran puertas automáticas por lo que ya ni tan siquiera entró, circumstancia realmente difícil sobretodo por el hecho de que no había ningún paso cebra para cruzar la calle con lo que se quedo del otro lado, y como, en realidad, no habia habilitada ninguna cinta transportadora ni tan siquiera se había dirigido hasta ese lugar desde su casa, aunque bien es verdad que al no disponer su casa de escaleras mecánicas ni tan solo había bajado hasta la planta baja, además de no cruzar el umbral porqué las puertas de su casa tampoco eran automáticas y así fue como se quedó sin comer pipas y abatida en su sillón abatible cenó una comida precocinada y bebió una bebida con abrefácil.

martes, enero 09, 2007

Medidas cautelares del amor.

Si nos queremos nos tenemos que matar a pedos, tenemos que pasar las horas muertas abrazados a la ropa interior del otro, deben latir nuestros relojes sincronizados en el mismo exacto segundo como si fueramos a perpetrar el plan de un robo. Si nos queremos es hasta la ultratumba, hasta que la muerte nos separe, sin que esto nos exima de ser el ejecutor de la muerte del otro.
Si nos queremos debemos ser felices hasta el nauseabundismo para compensar a las parejas que salen de los cines, ser un trust, un cartel, una sociedad anónima, beber del mismo vaso, reirnos de la gente soltera del mundo en nuestros cuchicheos, aunque no de la gente solitaria.
Querernos implica dejar de querer un poco (odiar) a los animales indefensos en vias de extinción como pandas y koalas, querernos exige ser el último pensamiento del otro antes de ir a dormir y el primero al despertar, que todas las nubes se parezcan a ti, que todos los mares tengan el color de tus ojos, amarnos significa respetarnos el uno al otro y respetar un poco menos la capa de ozono para compensar. Amar significa matarnos a pedos.

lunes, enero 01, 2007

Mis cosas (inventario inventado).

Mi foniatra diciendo que me calle, mi vecino que se muda a mis antipodas, mi partener en búsqueda y captura, mi familia como un puzzle al que le sobra una pieza, mi endocrino al punto de sal, mi alter ego harto de mi, mi médico de cabecera en post-operatorio, mi mascota entre tus piernas, mi destino en pos de nada, mi vocación en stan by, mi ópera prima lejana, mi siesta durante mis quince minutos de fama, mi actor preferido muerto, mi arrebato con la luna, mi gel de baño olor a mandarina, mi sueño interruptus, mi talismán enmohecido, mi primer recuerdo inolvidable, mi último tren con retraso, mi planeta tierra en venta, mi ojo de aguja de punto de sutura, mi ciudad perdida en medio de la nada, mis coordenadas espaciotemporales sin polarizar, mi dolor de muelas del dia del juicio final, mi turno en la cola del pan, mi bis a bis con el oculista, mi reflejo en el espejo, mi edad prevaricada, mi nombre escrito en mármol, mi dilatación de pupila al verte, mi bilis en punto de ebullición, mi perfil bueno en las fotos, mi versión de los hechos mal contada, mis andares por la vida de puntillas, mis enemigos acerrimos conchabados, mi estatua conmemoratoria cerrada por derribo, mi Sindrome de Estocolmo con la soledad, mi inmunidad diplomática en el baño, mi ojito derecho a la virulé, mi pareja de squash en paradero desconocido, mi pasta de dientes blanqueadora anti-besos, mi cirrosis hepática de corazón.

El famoso escritor y filósofo Magnus Miller dedico toda su vida a luchar contra la utilización del pronombre posesivo mi. Solo permitía una eccepción: mi muerte. Esa era la única circumstancia en que podías llegar a poseer realmente una cosa.