sábado, diciembre 04, 2004

Tetraédrico Superman.

Em complau saber que soc Salvador Dalí. Sense els seus ridículs bigotis, sense la seva fobia a les llagostes, sense haber d'aguantar a la seva dona Gala y sense l'estupida costum de pintar tant.

Al verme en la piel de Woody Allen sospeché que realmente era Woody Allen y supe que eso debía ser un castigo por alguna cosa que había hecho en una vida anterior. Rapidamente empecé a hacer el bien, entrando en una ONG y ayudando a cruzar los pasos cebras a las viejitas, no fuera el caso que más adelante volviera a reencarnarme en Woody Allen.

Si mi serrada voz de nicotina me dijera: Sabina, Joaquin, toma la voz y la palabra, daría todos mis versos por una boca cerrada que, en fin, hablar por no decir nada, pues que me comiera a besos.

Y vi que era Cortazar a través del ojo de una aguja y era un escritor pequeñisimo en un mundo de egocéntricas pupílas dilatadas o, tal vez, un cronopio enorme que casi no cabía dentro de la celda de un ojal.

1 comentario:

Sabrina Monzani dijo...

Desde Cortazar, pasando por Sabina y hasta Woody Allen. Y un saludo en común desde Argentina.
Excelente el blog, te he puesto un link en el mío.
Gracias por leerlo.
Un saludo