jueves, noviembre 03, 2005

Mentirijillas de terciopelo debajo del sofá.

Marcadas incongruencias te delatan cuando se te vio usar guantes de amianto para jurar decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con la mano izquierda sobre la biblia. O te bajas al rellano para perjurar que me quieres a través del interfono con lenguaje Bryce, haciendo el pino, portando un sombrero de papel sobre la cabeza y una nariz de payaso, guiñando un ojo todo el rato de forma compulsiva como intentando señalar que hay alguien detrás de ti apuntandote con un arma. Luego, vas a la verdulería a comprar dos kilos de cebollas para llorar mi adiós o que te retractas oficialmente en público por haber nacido, que sopesas un muestreo de excusas por no haber podido asistir al día de tu nacimiento, que tampoco vas a personarte por motivos de salud en el día de tu entierro, que te disculpen por respirar tu parte proporcional de aire, que solo profesas la fe de erratas aun y a pesar de tener endiosada una duda, que puedes subir a un púlpito en medio de la multitud, pedante y altivo, gritar libertad o sentarte en la trona de un bidé y llorar, que sabes que no sabes nada de física cuántica, que teniendo en cuenta que la luz del Sol esparce de espejismos la faz de la tierra a través de nuestros ojos el vino debería provocar ceguera, que has agotado los sinónimos del verbo malvivir, o que ya solo aconteces en tercera persona inconexo a la realidad circundante con achaques de inconformismo en los que sales en pijama a la calle a pleno Sol. Portador de peluquines, de gafas sin graduación, de tristeza por postín, de fajas, corpiños, bisoñé, hombreras para ser más hombre, plantillas devorolor, cuquillas antibolladuras, collarín ortopédico de bisutería, burka con visera como ropa interior, traje de buzo para ir a dormir. Te apasionan los billetes falsos o de monopoly, los judas de plástico, los pantalones pirata piratas, la ciencia de la mampostería, fingir orgasmos en el metro, el amor siempre entre bambalinas, los burdos rumores inciertos aun por confirmar sin ninguna base científica con presunción de inocencia instigados por complot, los soles que giran alrededor de la tierra, el planeta tierra plano, que dentro de cada átomo hay un chino muy pequeño que trabaja de incognito sin afiliación a sindicato alguno, que las muñecas inchables también tengan sentimientos, el maquillaje de capas calcareas, el doblaje en voz de falsete para contar cuentos chinos, los desfalcos del corazón, los secretos de alcoba de la policia secreta, los centimetros de más del orgullo del hombre, las espelmas de menos del de la mujer, el cortocircuito de la máquina de la verdad, las mentiras piadosas del hombre del tiempo, la sal en la sopa, las respuestas falsas en los concursos de preguntas y respuestas, el brillo de mosaico de vidriera bizantinaentelado en lo translúcido del profundo humor vitreo de una mirada a punto de mentir.

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