sábado, abril 29, 2006

Caprichosa memoria selectiva.

No se porqué azaroso capricho de la memoria me se la letra esúpida de esa canción de hace tantos veranos y, en cambio, nunca me acuerdo del código postal. Así como también me acuerdo perfectamente del sueter que llevabas aquella ya lejana tarde de nuestro primer beso y, sin embargo, no puedo recordar lo que comí anteayer. Y recuerdo al pie de la letra el dialogo que se desencadenó al ver por la tele lo de los atentados y luego, otra vez, ante el umbral de la puerta de mi habitación me encuentro parado sin saber lo que he venido a buscar. Incluso, aun puedo recordar mi primer día de guardería y como me quedé sentado llorando debajo de una mesa, pero, en el anverso de esta moneda de dos caras entre la memoria y el olvido, soy incapaz de recordar donde he dejado las llaves. Y, sí, recuerdo con diáfana claridad que esa carta la iba a esconder en un sitio donde nadie la podría encontrar y que solo sabría yo y, ya lo ves, ahora no recuerdo que sitio era. Porqué recuerdo todos los nombres de la alineación del equipo campeón de hace varias temporadas, pero me encuentro algun conocido por la calle y no puedo acordarme de su nombre. Así que se que aunque recuerde el olor de las flores del patio de la casa donde crecí eso no significa que tenga que acordarme de desenchufar la plancha y cerrar el gas.
O sea, que me acuerdo de recordarte de a ratos y, otras veces, se me olvida que no te puedo olvidar. Pero aun recuerdo que quisiera olvidarte, que querría no acordarme de haberte olvidado, que no se me olvidara jamás no volverte a recordar y, sobretodo, no acordarme de...de...ups...ahora, se me olvido el final.

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