miércoles, mayo 31, 2006

La vida de un hombre.

Si empiezas a leer este texto entonces sale el Sol. Aprovechando que es de día el protagonista de esta historia sale a pasear. Es Domingo, aunque si tu crees que es Domingo, entonces es Lunes y en vez de salir a pasear el protagonista se ha levantado muy pronto para ir al trabajo. Él está en su oficina para atender sus negocios, pero a leer tu que él está en su oficina para atender sus negocios, en una milésima de segundo se ha volatilizado la oficina y él aparece en medio de un campo de patatas. Mientras labra la tierra el protagonista piensa en ti. Un acto irremediable de telepatía entre un personaje de ficción y un personaje real. Pero si tu crees que el personaje de ficción es él y el personaje real eres tu, te equivocas y tu equivocación provoca que el protagonista empiece a toser desesperadamente. Tose con tal brutalidad que pronto le falta el aliento y se encuentra a las puertas de la muerte. Se da cuenta de que solo tu puedes ayudarlo, alza la vista al cielo y te suplica mentalmente que le salves la vida. La telepatía funciona y tu immediatamente haces que deje de toser y así pueda recobrar el aliento. Te has convertido en su dios. Pero al creer que la telepatía ha funcionado y que le habías salvado la vida y que te convertías así en su dios nada de esto ha ocurrido y el protagonista muere en medio de una tos seca que se apaga lentamente. Has matado a un hombre.
Y si crees que este es el final del texto, entonces se pone el Sol.

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