jueves, febrero 23, 2006

Elucubraciones metafísicas.

La inteligencia tiene que estar forzosamente reñida con las pollas grandes, aunque solo sea por pura lógica del riego sanguineo.

miércoles, febrero 01, 2006

Sin coartada para los asesinatos.

Otra noche solo en casa, sin coartada para los asesinatos. Precintado del mundo exterior por el pestillo de la puerta, envasado al vacío con la manta del sofá. Pasan las horas como en un taxímetro de la vida, que luego las vas a deber y el mundo se ve como mirando con un microscopio a través de un telescopio. Confinado en un sinfín de callejones sin salida, custodiado tras puertas falsas, sitiado por una basta extensión de plazas de párking para minusvalidos vacías.
Pero fijate en su cabeza ovoidea -o aovada- está pertrechando el olvido y ya no recuerda la tabla del ocho, luego se olvidará de los dinosaurios, como si jamás hubieran existido. Y los nomos de jardín y los hombres invisibles (tan fácil es dudar de su existencia).
Y ahora mirale, es el gran tuteador, que le pregunta la edad a la muerte. Y su discurso, a pesar de carecer de sobriedad porque tu lo embriagas, amén de esos chupitos de un supuesto digestivo, emana consonancia y magnificencia, aun a pesar de prescribirse por la medicina indigena maorí como un portentoso remedio contra el insomnio.