viernes, mayo 27, 2005

El mosquito de la paz.

El mosquito de la paz ya ha llegado portando una gotita de líquen en su pico, proclamando la advenición del verano con su zumbido kamikaze a través de la habitación. A partir de ahora mismo, cambiar jerseis por bermudas, darle al manubrio azul de la bañera, en vez, del rojo y aplicar gafas de Sol a la vida, en lugar, de las monótonas, grises y rutinarias gafas de nube.
El mosquito de la paz insiste en oradar el cielo de mi dormitorio silvando en vuelo raso sobre mi cabeza el toque de queda del invierno, el séptimo de caballería de la imminencia de la canícula, el cumpleaños feliz del solsticio pertinente, la novena sinfonía del devenir maravilloso de la naturaleza. Paradojas de la vida, el mosquito de la paz está cavando su propia tumba y es más que posible que no vea amanecer.

martes, mayo 24, 2005

Distancias.

A siete husos horarios de tu vera.
A cuatro canas de la sabiduría suprema.
A tres esquinas de los mejores vegetales de atún con chapata.
A cinco minutos tarde del último tren.
A menos de un nanometro de un precipicio sin fondo.
A segundos luz de la galaxia más lejana que puedas imaginar, algo más aun, en donde está mi hogar.
A tres cortes de pelo estandart de la extinción.
A ciento diez metros vallas de un milisegundo de fama.
A quinientas noches en vela de olvidarte, todavía a 19 días de empezar a contar.
A ciento veinte pulsaciones por minuto de decirte que te quiero.
A 20 años y un día de saldar mis deudas con la vida.
A infinito menos uno de sincronizar, aunque solo sea por un rato, mis coordenadas espacio temporales.
A una eternidad de la juventud eterna.
A un tiempo de planck de la eyaculación precoz.
A dosmil leguas de viaje submarino de una mirada profunda como un oceano.
A seis cocacolas esbrabadas, a cinco notas musicales, a cuatro vueltas de rosca, a tres mutaciones filogenéticas, a dos peldaños de escalera de caracol, a una uña mordida de desaparecer.

km/0: mi ombligo.

sábado, mayo 21, 2005

Contrato entre la luna y la palabra.

Nosotras y nosotros

Huerfanos de un siglo muerto, reductos transgénicos y macrobióticos del filtro de los días, aguados por lo mucho que ha llovido, brandiendo un chip de silicio como nuevo bellocino, amparados en nuestros cubículos renegamos de Morfeo y adoramos un dios sin párpados capaz de teletransportar un fotón, incapaz de guiñar un ojo.

Considerando

En frio, imparcialmente, que el hombre es un animal lóbrego, mamifero, que suda, almuerza y se abotona. Lo interpérrito de una historia de amor, así como que si calentamos el agua hasta cien grados entra en ebullición. Que debajo de cada cama hay potencialmente un hipotético guisante, un pinchazo n la médula espinal que ni duerme ni deja dormir. Que las bibliotecas están fabricadas a partir de ladrillos, cemento e insomnio, que la autosombra de la tierra nos impregna ciclotímicos de una desbandada de buhos, de un comboy de camiones de la basura.

Decretamos

Que del insomnio nacerá el nuevo amanecer, la luz quealumbrará a losque trabajan de sobra a sombra, a los que viven colgados de la luna y se abanican con su cuarto menguante, aquellos que siempre intentan contar -toooooooodas- las estrellas del cielo y que ven pasar las ovejas del insomnio desholladas colgando con garfios de los cables transportadores de un matadero.

Juramos

Ser adictos a la cafeína como droga benerea, destilarla a granel en nuestro propio cerebro. Envidiar la marmota.
Aplicar la trampa y el desorden en mundos imaginarios, aprender a distinguir albadas de alboradas como himnos patrios. Que le debemos un beso a la bella durmiente, que en cada ángulo de cada habitación hay un soplo de amnesia para acallar tus palabras, que el abajofirmante no se hace responsable de los estropicios que luego pudieran acontecerse durante el día.

jueves, mayo 19, 2005

Cuando llueven ranas por tus ojos.

Cuando las naciones renuncien a ser niños, cuando los disparos son salvas en tu honor, en las noches en que la filarmónica de una marabunta de grillos consigue aflorar el insomnio de un volcán, la simbenia del autómata que se limpia los dientes como un ritual para que no llueva o que llueva pero que en todo caso el tren no llegue con demora. En ese preciso instante en que se enamora un notario o arría velas de cumpleaños una cuarentona. Cuando por la tele salen niños con hambre de guarnición de un bistec, cuando muere una estrella en el firmamento, cuando a infinito le restamos uno. Ahí en medio de la lucha por salvar de su piel a las focas, en el argumento sombrío de las cuatro fotos de un fotomatón, en la sombra de tus ojos. Justo en el instante en que se parte una nuez o una melodía arremete su in crescendo, en el descenso en slalom gigante de la primera hoja caduca del otoño. En el fondo de una botella sin fondo, en la hora perdida cuando se adelantan los relojes, en el do de pecho de un orgasmo en eclosión. Pero concretamente ahí justo cuando se firma la paz entre los pueblos y sonrie una lagartija y vuelve el cometa Halley, para asombro de los astrólogos, a surcar nuestro cielo antes del horario previsto.

miércoles, mayo 18, 2005

Gotelé.

Sonará el toque de queda del armaguedon y caerán los satélites al suelo como fruta madura. En esa hora crepuscular en que las rejas de los escaparates ondean a media hasta ¿Sabes ya de cuantos bits está hecho el policromatismo de tus ojos? La palabra microondas ya no tiene traducción al volapuk, el prota de la peli siempre muere al final o resta immortal, joven perenne, Dorian Grey enquilosado en sus poses horteras para dejar constancia en su corte de pelo hortera que todo fluye: el rio de Heráclito, los surcos en las arrugas de la cara, el manantial de reductos humanos por las alcantarillas, el plasma que lega a las postrimerias tu alambique nasal.
Pero hay unas gotitas llenas de futuro porque van todas cargadas de pasado hasta el sobrequipaje. Que son radioactivas al contacto con el caldo de cultivo de la génesis de tus entrañas. Por su esencia pringosa es lo único que se aferra al instante, conquista mundos y mata muerte. Con sus microscópicos dientes de marfil muerde el instante presente hasta incrustarse, si degota en la sabana a mordisquitos sulfúricos te hace una botana. A su poder regenerador y purulento sacrificamos nuestros enclenques cuerpos de tiña. Las sobras del ayer pudriendose en la nevera. Amamos tanto a nuestras gotitas que envejecemos para que ellas puedan ir al cole, luego a la universidad y puedan tener empleos dignos con los que parir más gotitas parricidas.
¿Quien cerrará la puerta de mi ataud? ¿Que eso que susurrará antes de sellar el feretro? ¿A quien he de sobornar para que halla flores en mi entierro?
No os suicideis des del precipicio de un lagrimal, pestañas mias, no me abandones piel muerta del contorno de mis uñas, que cese el gotelé de ese grifo mal cerrado a media noche que a cambio vendo a mi hijo no nato a quien jamás pensé ponerle mi nombre.

domingo, mayo 15, 2005

Del palíndromo de nuestra existencia que donde acabo yo empiezas tu y viceversa.

Hay un vado en tus caderas, pero a veces tu flanco derecho queda al descubierto y en un ataque axial fulminante me persono ictus costelar y te arropo como lycra, me inoculo a ti. Soy el pan de tus bocadillos, el electrón del nucleo de tu ser, la bomba lapa de tu caparazón de crosta blanda. Entonces, aferrado hasta la casi disolución de nuestros cuerpos me convierto en tu hermano siamés y compartimos algunos organos. Porqué vamos juntos a todas partes, unidos como carta y sello, simbióticos como uña y dedo, coagulados como la sal y el mar. Y así funciona analogamente nuestro sistema digestivo y salivamos juntos como los perros de Paulov, entramos en sinergia para ir juntos al baño, sincronizamos nuestras líbidos y logramos la epopeya del orgasmo al unisono y, por ende, presentamos la declaración de renta conjunta.
Somos nadadoras hungaras de natación sincronizada, siempre sonrientes, sin apenas respirar, llevando al límite la apnea risueña de nuestra mecánica coreografía de la convivencia humana.


miau

sábado, mayo 14, 2005

La correspondencia amorosa entre una boñiga de ñu y un puding de remolacha:

De boñiga a puding: "...la sabana me recuerda a ti. Ojalá algún día podamos besarnos a la sombra de un impal."

De puding a boñiga: "...en la nevera un benerable iogur caducado dice que el amor, cuando es de verdad, permanece más allá del container de residuos orgánicos, que hay un vertedero celestial donde se juntan todos los residuos amorfos ya putrefactos."

Boñiga: "Hoy he oído risas y he pensado en ti. Provenían de unas hienas algo infames...la mayoría de animales salvajes suelen jactarse al ver una boñiga de ñu escribir cartas de amor ¡no me importa! estoy acostumbrada a esta humillación. Si tengo esperanza en lo nuestro podré superarlo todo. (...) Pensar en ti es lo único que me hace permanecer turgente."

Puding: "Hay un calamar a la romana que dice que en su país los pudings y las boñigas pasean su amor libremente por las calles...Pienso en ti. (...) ...ayer intenté volar hasta africa con la ayuda de unas alitas de pollo. No funcionó."

Boñiga: "...las pisadas de los elefantes pasan cerca. Sin embargo, la muerte ya no me asusta...nada puede ser más terrible que no volver a retozar nunca más en tu tuperware"

Puding: "...y creo que voy a hacer caso a la presión social y me presentaré a un puesto de postre lacteo casero...quiero preparar un futuro mejor para nosotros. Algún día me gustaría poder comprarte un bidé."

Boñiga: "Me estoy secando. No creo que pueda aguantar hasta los monzones. Solo quiero que sepas que siempre te amé. Allá donde el destino me lleve ya siempre estarás conmigo. Jamás te olvidaré mi dulce mariscal de tartaleta"

Puding: " Sin ti no soy nada...esta misma tarde me precipitaré al abismo del cajón de la verdura de donde nunca ningún postre a vuelto jamás. Arrevoire, mon amour, mi querida caquita de rumiante."
Hablar bien no cuesta una puta mierda.

Otrora rey de los ciegos, rayano soliquismo, máxime plexiglás, a la postre menudillos. En las postrimerías del periplo de tu piel, paripé en demasie, el preludio de tu boca pro mi esofago en pos de la eternidad. Por doquier, a del castillo, con la venia, señorías, a lo sumo cota de nieve inclusive a ras de suelo.

oyó

miércoles, mayo 11, 2005

Las profecías del ahora (para dentro de un rato).

Alguien escribirá las profecías del ahora, luego alguien (podrías ser tu) las leerá. Justo entonces una estrella brillará en el firmamento, un niño llorará de hambre, una ola batirá la orilla del mar.
Las profecías del ahora vaticinan el futuro de dentro de un rato, en el que apareces tu o alguien que se te asemeja, pero que es un poco más viejo, concluyendo un texto. También un caracol babeando la tierra, el ruído de coches en una carretera, dos personas haciendo el amor, un predigitador que formaliza por escrito sus visiones.
En las profecías del ahora, el fin del mundo aun no llega, eso generalmente, porqué a veces, aunque tan solo una de estas veces, si que llega. En las otras lo que viene es un lector que duda o intuye, es un escritor que ha dejado de escribir sus vaticinio y duerme, un amanecer crepuscular, una saeta de reloj avanzando en recorridos circulares, una hormiga en silencio, el crepitar de un fuego ceniciento, en las profecías del ahora para dentro de un rato hay un lector (que podrías no ser tu) que comprende un texto. Pero eso será...dentro de un rato.
La suma de vacíos es como la suma de infinitos, siempre da lo mismo.

Porqué tengo una pizca de nada, un mucho de poco, un tonel de vacío, unas migas de ausencia, una arroba de antimateria, añoranza a granel, esperanza perdida en milimetros cúbicos, un plis plas de soledad hecho añicos, la cautela de un grano de oxigeno en masa, la templaza de unas manos vacías de todo, un cartel de no quedan entradas al cielo, un bolero repleto de todo mentiras, un corazón embasado al vacío, precintado herméticamente. La acuidad de una agenda repleta de hojas en blanco, un glosario de silencios no dichos, las pesquisas de las noches de insomnio vs las amnesias del olvido de las noches de fiesta. Un montante por cero pesetas, un auspicio nihilista al por menor, un currículum minimalista, un precipicio sin fondo, un talon sin fondo ni forma, una suma de errores multiplicada por cero, un zapato sin horna, una ley del silencio proscrita, una carta sin sellos, un final sin historia, el hueco de un dedal, un hogar debajo del puente del pie, un tiempo de Planch para perder el tiempo, una milesima de la millonésima parte de un segundo de asueto para hacer -no hacer- nada en esta vida de átomo sabática.

¿Quien soy?

sábado, mayo 07, 2005

Tan frágil como una pompa fúnebre.

A mi que me entierren en una bolsita de té, dentro de un ataúd de madera de bonsai (...mi muerte es tan pequeña...) El cortejo fúnebre que esté compuesto por una hilera de hormiguitas, todas de luto, todas inquietas frunciendo sus diminutas antenitas preguntandose las unas a las otras quien es el que va dentro del féretro.
Que no me sotierren, pues jamás sentí verdadero apego hacia la tierra, aun más, siempre me mostré a favor de la derogación de la ley de la gravedad. No quiero tampoco que esparzan mis cenizas a voleo por el aire, me niego a que ciertas personas me respiren. No quiero ser arrojado al mar, ya fui plácton en esta, mi primera vida.
En todo caso, desearía que nadie llorara en mi mi entierro, sin llegar al extremo opuesto y se suscitaran carcajadas de alegría. Dono mis órganos a la ciencia, a la ciencia del desamparo y mi corazón que sea extirpado y enviado por correo contrarembolso a esa chica a la que siempre le perteneció.
En mi testamento lego a las generaciones venideras un iogur a punto de caducar, una metáfora en ambar y el agujero de mi calcetín. Que el requiem por mi muerte no sea soporífero, tampoco contagioso, que mi epitafio diga "colorín, colorado, este cuento se ha acabado", que mi autopsia revele que morí de aburrimiento, que sean sagradas las amebas, porque voy a reencarnarme en una de ellas.

lunes, mayo 02, 2005

Guia para sobrevivir en la ciudad (Manual del perfecto paranoico)

- Nunca hablarás dos veces con la misma persona, jamás te lavarás -como Heráclito en su rio- dos veces en la misma ducha.
- No repetirás ningún concepto.
- No repetirás ningún concepto.
- Te desplazarás siempre en la dirección del viento para que tu olor no te delate, de espaldas al sol para poder ver las sombras que se acerquen por detras.
- No confies en tus tobillos, podrían ser una trampa.
- Nunca bebas agua embotellada, solo bebe agua del cielo, solo de forma directa abriendo la boca hacia arriba cuando llueva.
- Ten siempre presente que la inocente pajita de una cocacola, puede convertirse en milésimas de segundo en una cervatana mortal.
- Nunca reveles tu verdadero nombre en voz alta, los ácaros pueden oirte, escribelo en un papel, luego prendele fuego. Entierra las cenizas.
- En los espacios cerrados, ten siempre a tu espalda la pared, localiza rapidamente el conducto del aire acondicionado, sonrie levemente, concentrate en respirar con normalidad. Si hay alguna cocina en el recinto comprueba el filo de los cuchillos, también es positivo tener la certeza de que hay papel higiénico en el baño.
- Lleva siempre contigo una maleta con otra muda, utiliza siempre barba postiza, usa sombrero y procura que nadie sepa de que color es tu pelo. Nunca se sabe que podrían hacer con esa información.
- Masca chicle, podrá ser usado aislar hermeticamente algun espacio, será importante que sea sin azucar, tus enemigos podrían colocar micros en los empastes.

domingo, mayo 01, 2005

Manifiesto rosa:

Los cerdos pedimos...

Que no trituren nuestra carne para hacer hambuerguesas, que no la trituren y la introduzcan en nuestros propios intestinos para hacer salchichas, que no amputen nuestras piernas y las dejen secar en sal para hacer jamones, que no hagan la manicura a nuestras pezuñas para guisarlas con un sofrito, no hace falta, que no cocinen a nuestros hijos en el horno con una manzana en la boca, que no vendan nuestro lomo en rodajas, que no hagan nuestras costillas a la brasa, que no elaboren paté con nuestro hígado, que no hagan callos con garbanzos con nuestro estómago, que no hagan cepillos de dientes con nuestros pelos, que no hagan frankfurts con todo lo que sobre, que, por favor, no hagan platos típicos regionales con nuestro morro.
A cambio, prometemos aprender a dar leche y poner huevos.