miércoles, noviembre 19, 2008

La pensión del olvido.


Si dormías en la pensión del olvido nadie pensaba en ti durante esa noche. O sea, que nadie soñaba contigo, ni nadie se desvelaba en medio de la madrugada para ponerse a recordarte y el mundo permanecía sumido en una amnesia total de ti. Como si jamás hubieras existido o tu vida no afectara en nada al transcurrir de la historia y de las personas. Porqué en la pensión del olvido solo pernoctan aquellos que jamás supieron vivir en la imaginación de los otros. Y, entonces, amanece un poco más tarde para ellos y hace un poco más de frio y huele más a soledad en cada rincón. Y es que en la pensión del olvido las estancias huelen a cajas cerradas, a aire viciado envasado al vacio. Y quien ha estado ahí, aunque solo sea una noche, ya sabe a que huele el fracaso. Porqué en todas las habitaciones de la pensión del olvido hay un espejo que refleja a un perdedor.
Pero la habitación número catorce de la pensión del olvido no se alquila porqué dicen que está encantada. En ella se ahorcó hace ya tiempo un hombre solitario y sombrío. Y ahora se aparece en mitad de la noche en forma de sombras por debajo del resquicio de las puertas, de cacofonías de murmullos disconformes. Y se inmiscuye en el crepitar de los armarios, en la letanía de un grifo mal cerrado, en el crujir de las paredes por el frio en medio de la madrugada.
En la pensión del olvido las horas pasan lentas y en cada noche de insomnio caben varias noches de insomnio de poeta. Y mientras permaneces en el compartimento estanco a los recuerdos de una de las habitaciones de la pensión del olvido nadie evocará la nostalgia de tu encuentro, nadie estará inmerso en la melancolía de acordarse de ti. Y el resto del mundo te ignorará por el mero hecho de estar durmiendo en dicha pensión. Aunque quizá sea lo contrario y la causalidad suceda a la inversa: que el hecho de no tener a nadie que piense en ti, te haya conducido a hacer noche en esa pensión. Cuyas sabanas tienen tacto a tristeza, cuyos bombillas crean sombras del desamparo, en cuyos percheros está colgada la desolación.
Cuentan que la habitación catorce de la pensión del olvido está encantada debido a que en ella se suicidó un tipo sombrío y solitario. Y es por eso que permanece cerrada y no se alquila a nadie. Aunque también pudiera ser que aquel hombre jamás se suicidara y que aun estuviera hospedado en dicha habitación. Sumido en el olvido sin que nadie se acuerde de él, entrando y saliendo sin ser visto, sin que nadie se percatara jamás que en la habitación catorce de la pensión del olvido vive un hombre de quien nadie se acuerda ya, a quien todos han olvidado para siempre.

lunes, noviembre 17, 2008

Sucesión de ausencias si jamás hubiera empezado el mundo.

Y si no hubiera primavera, porqué no existieran las flores, porqué no quedara pólen, porqué no volaran las abejas, porqué no había alas, porqué no teniamos cielo, porqué no quedaban pájaros, porqué se ya no se hacían nidos, porqué no habían arboles, porqué no quedaba agua, porqué no caía más lluvia, porque no teníamos nubes, porqué nos quedamos -te acuerdas- sin cielo, porqué no había mundo, porqué jamás hubo nada.


Y si no existieran los espejos, porqué no había amaneceres, porqué no se daban besos para despertar, porqué no quedaban noches de pasión, porqué no había sexo, porqué no quedaba sémen, porqué no teniamos padres, porqué no teníamos madres, porqué no se hacían hijos, porqué no había nacimientos, porqué no había funerales, porqué no existía la muerte, porqué no había vida, porqué jamás hubo nada.


Y si no existiera la música, porqué no existían las orejas, porqué no había caras, porqué no teníamos cuerpos, porqué no quedaban lugares, porqué no poseíamos tiempo, porqué no había relojes, porqué no habían paredes donde colgarlos, porqué no se construían casas, porqué no se hacían calles, porqué no había ciudades, porque no había soledad, porqué no quedaba nadie, porqué jamás hubo nada.


Y si no existieran los libros, porqué no había páginas, porqué no había papel, porqué no quedaban árboles, porqué desaparecieron los bosques, porqué no quedaban cuentos, porqué no había escritores, porque no quedaban historias, porqué no quedaba mundo, porqué jamás hubo nada.
Pero y si no existieran los libros, porqué no quedaban lectores, porqué no teníamos ojos, porqué no quedaban miradas, porqué se extinguió la belleza, porqué no había poesía, porqué no quedaban poetas, porqué se acabó el amor, porqué no quedaban amantes, porqué se esfumaron los besos, porqué no teníamos bocas, porque no quedaban palabras, porqué se acabaron las ideas, porqué ya no había pensadores, porqué ya no había ciencia, porqué ya no había mundo, porqué jamás hubo nada.


Y si no existieran los relojes, porqué se acabó el tiempo, porqué no cumpliamos años, porqué no había calendarios, porqué no teníamos nostalgia, porqué se esfumaron los recuerdos, porqué perdimos la memoria, porqué no había pasado, porqué jamás habría futuro, porqué no había destino, porqué no teníamos sueños, porqué no existía la felicidad, porqué no conocíamos la tristeza, porqué no había dolor, no existían las guerras, porqué no había injusticia, porqué no existía el amor, porqué no habían ciegos, porque no quedaba oscuridad, porqué no teníamos noche, porqué no había estrellas, porqué no había universo, porqué jamás sucedió el Big-Bang, porqué no havía ni vacío, porqué jamás hubo nada.
Técnicas de rejuvenecimiento o instrucciones para la immortalidad.

El ser humano ha intentado detener el envejecimiento basicamente a través del tacto. Y si bien es cierto que ciertas cremas antiarrugas mitigan los efectos de la edad a través de productos químicos dispares, también lo es que, a pesar de que la muerte se nos cuela en el organismo a través de los poros de dentro hacia afuera con su consiguiente oxidación, la via epidérmica no es la única via de escape de la juventud.

Los médicos aconsejan caminar entre media y un hora al día para mantener la salud. Sin embargo, caminar hacia delante es una vil metáfora de nuestro trágico destino. Por tanto, será recomndable en todo caso caminar al revés. Con los talones por delante y girando un poco el cuello para no tropezar. Así nuestro cerebro es engañado y el inconsciente interpreta que estamos desandando el camino hecho por lo que se deberían liberar substancias endógenas de carácter rejuvenecedor. Este efecto también se podrá conseguir leyendo el periodico de atrás hacia adelante o esforzandote en intentar desorganizar el cubo de Rubick.
También es conveniente hablar al revés. Esto puede lograrse en un primer momento nombrando las sílabas al revés. Véser al baslasí las dobranam. Acción factible de ejecutar en principio por cualquier neófito. Para más adelante, con la práctica, conseguir llegar a expresarse diciendo todas las letras en sentido contrario. Oriartoc oditnes ne sartel sal sadot odneicid.

Todo esto hará que el metabolismo de su cuerpo se confunda y que el proceso de envejecer y morir se detenga y, si se hace bien hecho, pueda llegar a involucionar. Porqué la muerte es un mecanismo transmitido por herencia cultural que se aprende de generación en generación y el organismo lo somatiza. Pero nuestros cuerpos también están preparados para lo contrario para afrontar el fenómeno del Big-Crunch donde el espacio tiempo vuelve hacia atrás. Ahí la osmosis del ser humano, debido a la inversión del flujo temporal, deberá deshacer todo lo hecho, desandar todo lo recorrido, desaprender todo lo sabido y desenvejecer. Es por ello que si se consigue que el organismo crea estar en la realidad metafísica del Big-Crunch, este será propenso al rejuvenecimiento.

Aspirar fuertemente el vaho que desprende la gente joven. Y, por contra, procurar no respirar en frecuencia de ancianos ya que la muerte, aunque jamás se haya demostrado científicamente, también puede contagiarse por vía oftamológica.

De todos es sabido, los enormes beneficios regenerativos del semen sobre el cutis. Esta facultad reparadora dermatológicamente testada por la comunidad científica puede ser potenciada exponencialmente por la engullición del esperma vái oral.

Hay una flor, nadie sabe cual, que tiene la singularidad de exalar un perfume que al ser inhalado por las personas consigue que estás recobren facultades perdidas con la edad. El olor de la flor, sin embargo, resulta repelente y nauseabundo para el ser humano, tampoco su morfología estética es de gran belleza. Se semeja más a un hierbajo que a una flor. Y es por todo ello que esta flor, de la que solo tenemos la referencia escrita en un viejo almanaque de botánica, bien pudiera ser que se hubiera extinguido o, incluso, que jamás hubiera existido. Pero quien pudiera tener un pequeño jardín con estas flores sería joven por siempre y no moriría jamás.

Por lo que respecta a los alimentos que afectan al envejecimiento se ha demostrado en grandes experimentos nutricionales la existencia de muchos que lo relentizan. Alimentos considerados sanos por la sabiduría popular y que generalmente son poseedores de un gran sabor que los hace aceedores por sí mismos de buena fama entre los gourmets. Y, sin embargo, estos mismos estudios científicos arrojaron a la luz un fenómeno inesperado que estipulaba que el bróquil tenía enormes facultades estimulativas de la regeneración orgánica. Pero dichas conclusiones no tardaron a achacarse a un error en la metología empleda y fueron refutadas y tapadas quien sabe con que finalidad. Lo cierto es que jamás se consiguió repetir aquel experimento en las mismas condiciones debido a las nuevas y más rígidas normativas que impiden la exposición de los sujetos experimentales a experiencias traumáticas que puedan conllevarles efectos secundarios nocivos. Cabe resaltar, no obstante, que en dicho experimento se tomó constancia de que un grupo de individuos alimentados preminentemente con bróquil reflejó en los tests y pruebas encontrarse sensiblemente menos envejecido al cabo de los meses que cualquier otro grupo alimentado con otros vegetales, que un grupo base alimentado con una dieta estandart y un grupo placebo al que se le decía que se le alimentaba con bróquil pero al que, en realidad, le estaban suministrando colifló.

Ni decir cabe que la música que escuchamos también afecta la longevidad de nuestro organismo pues la muerte nos invade por los cinco sentidos. Así es como melodías con acordes menos espaciados en el tiempo lograran efectos en nuestro reloj interno de adelantamiento. Dichos ritmos acelerados se comparan con la sístole y la diástole de nuestro corazón y serán interpretados como una aceleración del tic-tac del mundo. Otras sinfonías de carácter más relajado logarrán por su parte el efecto inverso y podrá uno sumergirse en el lago de los cisnes sin que transcurra apenas ningún tiempo des del punto de vista ontológico/gerontológico y volver así a emerger a la superficie intacto e ileso de las magulladuras del instante.

También se pueden relentizar los efectos del paso del tiempo internandose en la lectura de libros donde se desarrollan vidas ajenas. La cronocidad de los personajes ficticios o reales de carácter literario absorverá una parte del tiempo empleado en su lectura. O sea, que la energía temporal se consumirá a medias entre el lector y el personaje. Eso es posible por el desgaste temporal invertido por el escritor que provoca una especie de agujero de gusano que une el presente del lector donde está leyendo esto ahora, hasta el momento justo en el que el escritor lo redactó, lo está redactando, lo redacto, hola que tal?
Y es así como debido a fuerzas gravitacionales del continuum espacio temporal se consiguen aflorar particulas atemporales (antisegundos, antiminutos, etc...) que neutralizan sus pares correspondientes. Debido a eso, cuando el lector emergerá de su lectura y consultará el reloj, tendrá la sensación de que el tiempo ha pasado muy deprisa.

viernes, noviembre 07, 2008

Vocabulario esencial:

Mamihlapinatapai: "Una mirada entre dos personas cada una de las cuales espera que la otra empiece una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar" (Indios Yámanas, Tierra del Fuego).

Puijilittatuq: "El que no sabe que hacer debido a las numerosas focas que ha visto salir a la superficie" (Inuits).

Crotalogía: "Ciencia de las castañuelas"

Utamawarimashita: "Vamos a hacer todo lo posible por complacer su honorable petición" ("No" en el Japón)

Ilunga: "Persona preparada para perdonar un primer abuso u ofensa, que es capaz de tolerar un segundo, pero jamás un tercero" (Tshiluba, R.D.Congo).

domingo, noviembre 02, 2008

Crónicas del olvido.

Hay un lugar donde puedes olvidar todo aquello que jamás te sucedió. Se llega hasta él por carreteras que nunca tomaste o bajando en la estación donde tienen parada todos aquellos trenes que algun día perdiste. De donde bajan algunas de las personas que jamás llegaste a conocer.
Allá donde no se puede alcanzar a recordar los amigos que jamás hiciste. Donde te puedes cruzar por la calle con aquellas personas con las que saliste de fiesta hasta altas horas de la madrugada en noches memorables de las que ahora no te acuerdas de nada. Aquellos a los que confiastes tus secretos y desvelaste tus esperanzas vanas. Con los que viviste aventuras felices y a los que tuvistes a tu lado en los momentos tristes que jamás llegaron a acontecer.
Es un lugar donde puedes olvidar a la novia que jamás tuviste. La que nunca vistió aquel jersey verde de lana esa tarde de invierno en que fuisteis a pasear a la vera de un lago, mar o, quizas, oceano junto al que no has estado en la vida. La que no te dijo a la sombra de aquel arbol bajo el que os tumbasteis que vuestra historía de amor que jamás sucedió sería para siempre.
Un lugar donde no podrás recordar aquel viaje que nunca emprendiste. Donde salen veladas las fotos que jamás hiciste en las que apareces sonriente mirando a camara a los pies de la estatua junto a la que no has estado ninguna vez. Donde se velan paisajes que no contemplaste, lugareños a los que no conociste y romances bajo la luz de la luna llena que no sucedieron.
En este lugar donde habita el olvido no podrás recordar aquel trabajo que nunca tuviste. Con lo que se te descuentan las horas que no llegaste a cumplir, se te traspapelan los contratos que nunca firmaste y se te proratea tu absentismo laboral.
Donde nadie habrá oído hablar de aquel bar de la esquina que de ningún modo frecuentaste. En el que se desvanecen en el eco del silencio aquellas tertulias que jamás se entablaron, donde se esfuman por entre los recovecos del aire las frases que no fueron pronunciadas, ahí donde se enfrían los cafés que no tomaste, donde se guardan tibias las cervezas que no bebiste, donde se deshilan los tejemenejes que no se urdieron, donde se tergiversan las historias que nunca fueron contadas.
Y todo cerca de aquel hotel que jamás se llego a construír donde se hospedan todas aquellas mujeres con las que te acostaste, en cuyos pasillos resuenan el grito sordo de los orgasmos perdidos que jamás podrás recuperar, donde se deben aquellos besos que nunca te dieron y arrinconadas en el olvido pernoctan todas las noches de pasión que nunca llegaste a vivir.
Un lugar donde los cines siempre traen en cartelera películas que aun no hemos visto y la televisión solo emite programas que algun día te perdiste, series que nunca seguiste o partidos que no pudiste llegar a ver. Donde hay bibliotecas llenas de libros que no te animaste a empezar a leer y por la radio solo ponen canciones que jamás habías escuchado.
Donde hay un escuela en la que se desaprenden los nombres de los rios que jamás llegaste a estudiar, las leyes de las ciencias que no llegaste a entender y las reglas de los juegos a los que no jugaste. Donde se descuídan las fechas de nacimiento de los escritores que jamás diste porqué no hubo tiempo de acabar el temario y la solución de los problemas matemáticos que puede que no tuvieran solución. Donde se desdicen y se retractan los maestros que nunca tuviste.Una escuela donde se descosen de las batas los nombres de los niños que no puedes recordar.
Y bajando por esa misma calle de cuyo nombre no te acuerdas se llega hasta aquella casa en que jamás viviste en la que se desvanecen silenciosos los sueños que jamás tuviste sobre la cama en la que nunca dormimos junto las cortinas que no habríamos elegido de ningún modo al lado del armario donde está guardada la camisa que nunca te atreviste a poner para acudir a la cita a la que jamás te presentaste donde conociste a la persona de la que jamás te llegaste a enamorar. Aquella con la que no te pudiste recostar al lado de la chimenea que en la vida encendiste junto a la que no hicimos el amor sobre la alfombra que jamás existió a la lumbre de un fuego que no crepitó al filo de la medianoche con sus llamitas amarillas y azules.
Y junto a esa casa de la que no puedes acordarte que algun día llamaste hogar crece en el patio el arbol que nunca plantaste del que pende el columpio del que en días de viento resuenan chirridos que jamás emitió. El mismo en el que se balancearon los hijos que jamás tuviste y que crecieron felices sin preocupaciones como la de haber nacido huerfanos de ti. El mismo columpio en que jamás te sentarás a olvidar de leer el libro que nunca escribiste y en el que puedes no acordarte de dejar envejecer una vida que jamás sucedió.