domingo, marzo 12, 2006

Aprendiendo a callar a gritos.

Compartimos el don aquella tarde de tener como tiene todo el mundo una sola boca. Aprendimos a decir verdades y a callarlas. Supimos hablar ahora o callar para siempre, porque mudas son las manos que se guarecen en los bolsillos, mudos ojos redondos vacuos de pez. Y hay cosas que no me las repites en la calle, hay palabras que no son más que pausas que separan silencios, existe el dios de las horas vacías y cuando un arbol cae en mitad de un desierto sin que haya nadie alrededor para escuchar, no importa, el arbol murmura: arbol vaaa! Y si, me estoy volviendo sordo de la boca y mudo del oido o acaso al leer un libro resuena en mi cabeza la voz del escritor, cacofónicamente si se trata de uno de esos pedantes escritores muertos de antaño. Aunque pueda leer tambien tus labios cuando sorbes el fondo de una cocacola con una pajita creando estruendos. Boquita de piñon con silenciador o mi cabeza está insonorizada a ti, a las ondas hertzianas de las radios que surcan el aire a merced del viento, a las conversaciones de telefono movil que van de aqui para allá haciendo carambola en los satelites, a los murmullos de las sílfides o ninfas del aire. En cambio, casualidades de la vida, siempre pude oir esos silvatos que solo oyen los perros.
Atrevete a no pararme por la calle y presentarte como la salvación de la raza humana, arriesga tu vida a no conocerme nunca o su homologo en positivo ignorarme para siempre. Mudo interior de una lata de conservas, misterioso silencio de caja negra, cuentame la historia de aquel tipo que guardo un te quiero dentro de la caja fuerte de un banco y luego se paso el resto de su vida intentando olvidar la combinación. Pues así mism ojalá callaran los ácaros de mis hombros en su perorata incansable susurrandome al oido que el mundo está en contra mia, el universo conchavado contra mi, que le prenda fuego a eso y a aquello de allí. Bajo una fina lluvia de caspa gritando todos a la vez con sus diminutas gargantas de microrganismo aconsejandome por lo vaginis sobre en que tengo que invertir mi dinero, a quien tengo que amar y a quien debería matar. Asesores bursatiles, celestinos, piromanos, psicopatas ácaros.


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