lunes, diciembre 10, 2007

Sabiduría de sobrecito de azucar de un café.

De todos los sorbos de todos los cafés de todas las mesas de todos los bares de todas las ciudades de todo el mundo ese fue el más amargo. De toda su vida.
Sin embargo, algunas cosas como el café, la cerveza y algunas tristezas disponen de la posibilidad de ser amargas como una de sus virtudes. Y a ella, en realidad, le gustaba el café bien amargo.

3 comentarios:

Imposivle dijo...

aparte que era diabético, podríamos suponer también

Ale dijo...

pues yo debo ser completamente infeliz

Ale dijo...

digo, consecuentemente infeliz