domingo, mayo 14, 2006

Y de pronto...

me voy volando por las alturas sin ni tan siquiera levantarme del sofá. Y hasta noto como me petan los oídos por la altitud. Y me resfrío porqué entro en cota de nieve o me doy de cabeza contra la estratosfera de mi imaginación.
Pero si paseo junto a ti de la mano se descompensan mis pisadas en pos del destino.
Porqué ser como yo implica ser infeliz, aviso, y no cambiaría mi forma de ser ni por un millón de felicidades.
Robinson Crusoe de mi cortex prefrontal, pirata de mi bañera, pionero de la última novedad, bucanero al abordaje de una idea, peregrino del destino en un atolladero, capitán de esta vida que es una barca...que se hunde, comodoro de popa, marinero de aguas tibias en un vaso donde ahogarme.
Donde arrecia el sindrome de zugunruhe, de allí partiré, hasta sufrir el mal de seroche, ese es mi destino. Como aquel gorrión que migra en primavera de Europa a África y al pasar por Francia a la altura de los pirineos es atrapado y lo meten dentro de una caja oscura, para que piense que siempre es de noche y así esté siempre comiendo hasta cebarse y luego lo atiborran de conyac hasta ahogarlo, después lo hornean y lo sirven entero entre pan y pan hasta convertir, por fin, una ave migratoria en un plato típico de la Novel Cousin.
Morir en de una noche sin fin en medio de una borrachera, la más cruel/ la mejor muerte posible. Así quisiera morir yo, así me siento, así soy yo: una entidad voladora, un ave en perpetua inquietud migratoria, una delicia al paladar, una vida muerta, una tasa de alcoholemia rayana a la alquimia inducida por un arte un tanto gastronómico, una nocturnidad y por ende alevosía sin fin dentro del misterio de una caja negra, un flipe de voladura al punto de sal, una historia con final crujiente.

3 comentarios:

Unknown dijo...

que feo no saber volar bien y presumir de ello.
no creo que estés gajos de ser uno mismo, pero tampoco cerca.
eres libre, claro, eso sí. y yo también.
ve a que te receten un buen abrazo, anda.

Imposivle dijo...

que yo vuelo superbién. y los abrazos los consigo en el mercado negro

Unknown dijo...

ya sé que ni estás de oferta ni rebajas ni na de na.
un abrazo, niño.