domingo, agosto 27, 2006

Pestañeo nº 2:

Y ahora me gustaría ser viejo. Juguetear con un palillo entre los dientes, tener la cara arrugada, sobretodo con la zona de los carrillos bien acentuada de tanto haber reido. Irme a dormir cada día con la incerteza de no saber si despertaré al día siguiente.
Visto lo visto, me gustaría ser viudo. No tener descendencia y enterrar a todos mis amigos. A mis enemigos no, para que se lleve a cabo El Gran Baile de Fin de Vida de todos los que van a bailar sobre mi tumba (estás invitado).
Me gustaría que me prohiban la sal y tener un horario de pastillas. Contar anecdotas de hace cincuenta años y haber vivido, al menos, una gran guerra. Que alguien se enfade en mi repartición de bienes.
Calar mi boina negra apelfada a modo de rosca quedando así mi cabeza de digna calva de sabio a salvo de las inclemencias del viento.
Hacer jueguecitos sexuales con el cateter a mi niñera. Poder hacerme las necesidades encima y que me cambien los pañales unas delicadas manos femeninas que huelan a
lejia y polvos talco. Chochear y no recordar tu nombre. Ni el de nadie. Oler a flores mustias, a pollo pasado de fecha en el frigorífico. No entender ni el último chiste, ni el último chisme. Besuquear a los niños hasta babear su cara para que se jodan.

2 comentarios:

Ale dijo...

¿todo por olvido? compungida me quedo..

Imposivle dijo...

todo por que sí.