jueves, noviembre 16, 2006

Como comportarse en los restaurantes. Clases de sociabilidad III

Ya en la mesa, la copa de agua es la de más a la izquierda y se habrá de procurar que nadie la rellene con argumentos como: agua, no gracias, ahí es donde follan los peces.
La siguiente copa será la de vino, esa copa debes tratarla como trataría un vaso de agua fresca alguien que llevara varias semanas vagando por el desierto.
Para diferenciar los cuchillos, en cambio, deberás visualizar sus posibles usos. El cuchilo con el que matarías a tu peor enemigo clavandoselo en un pulmón, ese es el de pescado. El de carne, por su parte, será más propio para descuartizar el cadaver sin vida de su conyugue el amante despechado.
Cuando sirvan el vino deberás primero oler su bouqué, luego probarás un poco, lo glopearás un poco en tu mejilla derecha, harás gárgaras y lo escupirás a modo de geiser hacia el cielo provocando una finisima lluvia de vino que hará las delicias de las damas más selectas.
El somelier es tu mejor amigo, como tal, debe entrever que su capacidad psicomotriz está en peligro o, lo que es lo mismo, que serías capaz de partirle las piernas con un bate si llegás a ver el fondo de tu vaso de vino.
Si, a pesar de todo, alguien recriminara tu azaroso uso ambidiestro en la utilización de copas y cubiertos, alegarás de immediato traumatismo encefálico grave mientras sacas rápidamente un babero colocandotelo en el cuello al grito de ¡¡Potito, nene quiede potito!!
Come siempre con una bolsa de vomitar de las de cartón que hay en los aviones sobre la mesa.
Ten en cuenta que el verdadero refinamiento implica no ser facilmente alterable. Asi, por ejemplo, cuando se encuentra un pelo en la sopa en un restaurante, no hay que pedir a gritos el libro de reclamaciones, se debe proceder con calma y clonar a la persona responsable a partir del ADN contenido en el propio pelo. Luego, se lo nutre durante varios años en algun zulo justo hasta que crece lo suficiente como para reconocer al culpable. Entonces, se asesina al culpable y se pone al clon suplantando a la victima para que no se note.
Por el contrario, si lo que sucede es que la sopa se ha servido fría se debera calar fuego al restaurante. Este acto, sin embargo, se situaría más en la dinámica de los arrebatos fogosos que no en terminos de venganza o protocolo gastronómico, pero que, en todo caso, ayudaría de alguna forma simbólica a resolver el problema de la sopa fria.
Si se sirve pollo o cualquier otra ave de corral deberás insertar el dedo por el orificio anal de dicho ovíparo excusandote en que estás leyendo sus entrañas.
Si la carne resulta estar demasiado cruda también deberás quemar el restaurante como sutil metáfora o queja que haga entender al maitre cuan vaga es la existencia humana y el porqué el olor a chamusquina reconforta al proletariado. En cambio, si la carne está demasiado hecha tendrás que hacerte un pequeño corte en un dedo y derramar algo de sangre sobre el plato.
Si crees que el pan que te han puesto es de ayer, quizá es que estés viviendo en el futuro por lo que prendele fuego al restaurante. Que las llamas purifiquen el continuum espacio-temporal y las cenizas sagradas sean esparcidas a merced del viento y hagan que todo vuelva a su cauce.
Hay que felicitar siempre al chef, sobretodo, si es el día de su cumpleaños. Si se persona en la mesa para daros las gracias, a modo de lección deberás hacerle entender que eres capaz de comer cualquier cosa. Esto lo puedes ejemplificar quitandote el zapato izquierdo y lamiendo la suela mientras emites un soniquete tal que mmmmmmhhh...que rico.
Jamás llames al camarero con el ruidito tsss!, más aun si crees que está incubando uno de esos resfriados que dan la capacidad casi mágica de conseguir escupitajos de color verde y tu has pedido de primero un consomé de verduras. Si en un descuido se te escapara algun tsss! haz ver que hay un perro debajo de la mesa y ve tirándole trocitos de pan regularmente mientras le dices cosas como ¡si que te gusta el pan! o ¡pareces una paloma!
Cuidado al abrir el champán ya que los accidentes con tapón de botella de champán son la principal causa de tuertismo en el mundo, además de existir indicios de sordidos chanchuyos que tienen que ver con los fabricantes textiles de parches de pirata.
Si el café está un poco amargo pide más azucar o, si eres de los que sospechan que la policía tiene pinchado tu teléfono, que te siguen por la calle y que los marcianos están conviviendo entre nosotros, pide que te hagan un lavado de estómago. Si crees que el maitre es un infiltrado pégale fuego al restaurante.
Si sospechas que alguien ha vertido drogas en tu comida, pagaselas.
Si se han pasado con la sal quema el restaurante. Si se te cae un tenedor al suelo, cuenta hasta cuatro, si nadie lo ha recogido que todo sea pasto de las llamas.
Si alguien (incluído tu) moja la punta de su corbata en tu salsa tartara procede a prenderle fuego al restaurante. Si alguien preguntara di que estás intentando famblear las cortinas.
Si la cuenta te parece excesiva pide el libro de reclamaciones y escribe una poesía de tinte melancólico en él. Luego, calale fuego al mantel mientras corres a esconder los extintores.
En el caso de que algun contertulio fastidioso alargue en demasia la sobremesa descuencale los ojos con la cucharita del té, envialos por correo certificado a la asociación de árbitros.
Si crees que tienes posibilidades con la camarera arrancate un botón de la camisa y dejaselo de propina haciendo alguna simpática observación como inviertelo en borsa o para que te compres un yate.
Tratandose de una cena romántica pide velitas para dos aconsejandole en todo caso al encargado que vaya poniendo al día su póliza de seguros contra incendios.

3 comentarios:

The Hombre Perfecto dijo...

Me ha encantado el post. Por supuesto es mejorable, pero eso sólo está al alcance de algunos. Dónde están las entregas I y II ?

Imposivle dijo...

es un post imperfecto y lo admito. Lo que más me preocupa a mi es donde está la entrega IV

Ababol dijo...

jajaja, me ha encantado tu entrada...
Desde luego no lo dudaría nada a la hora de salir a cenar contigo.

un besín :D