domingo, abril 17, 2011

Morirán.

Morirán los arboles y los pájaros que en ellos anidan, morirán los ríos y las montañas, morirán los planetas y las estrellas. Morirán los viejos y los jóvenes, los moribundos, pero también los recién nacidos. Mueren los días y las horas, los años, los siglos y los milenios. Morirá el universo y la mosca que revolotea en el cristal de tu ventana. Morirán los gestos y las lenguas. Morirá esta frase y también la literatura universal al completo. Morirán los amaneceres y los atardeceres y cada uno de sus crepúsculos.
Morirán los hombres y mujeres del futuro como murieron los hombres y mujeres del pasado. Morirán las células que nos componen y morirán -a pesar de ser eternos- los átomos de que estamos hechos. Morirá el universo y sus aledaños. Morirás tu y moriré yo. Morirá la memoria de las cosas y morirá todo. Incluso, hasta la muerte morirá.
Y, luego, solo quedará un déjà vu de que todo esto habrá sucedido.
O, quizás, haya sucedido ya.

2 comentarios:

David Martínez dijo...

"Incluso, hasta la muerte (morirá, añadiría yo".

Me gusta.

Imposivle dijo...

de verdad que queda mejor como tu dices. yo también pensaba que esa frase no acaba de encajar. lo cambio. gracias, david