lunes, diciembre 12, 2011

Contraindicaciones del hecho de existir.

Las autoridades sanitarias advierten que existir puede producir efectos secundarios contradictorios como alteración del estado del sueño, somnolencia, aceleración del ritmo cardíaco, disminución de la frecuencia cardiovascular, afección amorosa, odio al prójimo, furor concupiscente, apatía sexual, alteración extática de los estados anímicos, ataraxia, sentimientos de profunda tristeza, alegría desmedida e injustificada, claustrofobia, agorafobia, incertidumbre por los acontecimientos venideros, certeza del mañana, miedo repentino, valor inesperado, agudeza visual, percepción borrosa de lo circundante, sabiduría omnisciente, desconocimiento absoluto de las cosas, risa hilarante, llanto lacrimógeno, introversión, extroversión, introspección, extrospección, verborrea, laconismo, ataques de ira furibunda, mansedumbre, proyección onírica del destino de uno mismo, realismo austero del devenir propio, sensación de fugacidad ante el transcurso del tiempo, anquilosamiento y visión eternalista de cada instante, perdida de apetito, hambre insaciable, frio, calor y tos seca.
Y, además, también se advierte que vivir mata.

2 comentarios:

light dijo...

Pero por supuesto no sólo remedios sino una cojonuda panacea está a nuestro alcance para disfrutar sólo de los efectos secundarios deseados de nuestra existencia: evolucionar con ella.

A lo que se opone un gran mal, nuestra identidad es nuestra enfermedad, nos aferramos a una forma concreta pudiendo optar al infinito, no creyendo poder metamorfosearnos cual Axolotl para no sólo sobrevivir, sino vivir felizmente en cualquier medio.

Axolotleémonos!!!!!!!!!!! yehaaaaaa!!!

Imposivle dijo...

me parece más bien que en algún momento de la escala evolutiva hemos involucionado del axolotl al homo sapiens. sin que se vea solución alguna por ahora