domingo, noviembre 05, 2006

Postal desde ningún lugar.

El éxito de las postales es que combinan imagenes y palabras, con suerte, a veces, fotografía y literatura. Que tienen doble anverso y carecen de reversos. Por supuesto, que viajan desnudas de envoltorio y que suelen venderse en artefactos giratorios que puedes hacer rodar entre chirridos.
Las postales se mandan desde lejos del hogar ahí donde se siente más dulce, en medio de la nostalgia de un viaje y con la esperanza del rencuentro, porque las postales se mandan a seres queridos y no las remite un banco o una escuela de idiomas. Jamás revelan secretos, ni tramas ocultas, sobretodo, porque se sabe que de noche las lee el cartero a la luz de una vela, voyeur y chismoso, como espía el fotógrafo la vida de los demás cuando revela sus fotos, igual que escudriña el escritor a la gente en los bares.

Besos, Ramon.

5 comentarios:

Denuedo dijo...

Caray, este Ramón te quiere mucho. Ponga un Ramón en su vida y sonría durante todo el día.

Imposivle dijo...

Y entonces llamar por telefono sería como tener una voz de quincemilmillones de wattios y recibir la llamada sería como tener pabellon auditivo del tamaño del lago Ness

Imposivle dijo...

es que si no me quiere Ramon, que soy yo, quien me va a querer

Unknown dijo...

por ejemplo yo.

Grace en el País de Las Maravillas dijo...

Alguien me enseñó a amar las postales hace tiempo, todavía, de vez en cuando, me envía alguna, pero ya son pocos los que comprenden, los que aman el rito de mandar una postal. Ahora se escriben emails...