sábado, enero 13, 2007

Nueva burguesía.

La pobre señora Rumuf que tenía un antojo de comer pipas pero en el super no quedaban pipas peladas y como no le apetecía pelarlas no las compró, más aun teniendo en cuenta que las puertas del establecimiento no eran puertas automáticas por lo que ya ni tan siquiera entró, circumstancia realmente difícil sobretodo por el hecho de que no había ningún paso cebra para cruzar la calle con lo que se quedo del otro lado, y como, en realidad, no habia habilitada ninguna cinta transportadora ni tan siquiera se había dirigido hasta ese lugar desde su casa, aunque bien es verdad que al no disponer su casa de escaleras mecánicas ni tan solo había bajado hasta la planta baja, además de no cruzar el umbral porqué las puertas de su casa tampoco eran automáticas y así fue como se quedó sin comer pipas y abatida en su sillón abatible cenó una comida precocinada y bebió una bebida con abrefácil.

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