jueves, abril 30, 2009

Sobre las dos de la noche en el Manhattam.

Eran sobre las dos de la noche en el Manhattam y la chica rubia con vestido rojo se acercó hasta donde estaba él para preguntarle si había venido solo. O eran sobre las dos de la noche en el Manhattam cuando la chica rubia que vestía, en realidad, un escotado vestido verde se le acercó y le preguntó: ¿has venido solo? O, quizá, se le acercó la chica rubia que lo había estado mirando desde hacía rato desde el fondo de la sala, llevaba puesto un elegante vestido marrón y al llegar junto a la barra donde estaba sentado él le susurró...La chica era morena, muy guapa y vestía de azul marino, al verlo sentado ahí en la barra decidió acercarse hasta él y preguntarle: me invitas a una copa. Pero no, esto no sucedió así, porque fue él quien se acercó hasta donde estaba ella que, en realidad, vestía un ceñidisimo vestido verde turquesa y al llegar a su lado le preguntó si podía invitarla a una copa. Tal vez, al acercarse él hasta la mesa donde estaba la chica morena que llevaba un precioso vestido color malva ella le dijo...
Eran sobre las dos de la noche en el Manhattam, sola en una mesa la chica morena que vestía un estridente vestido amarillo había estado haciendo miraditas al tipo de la barra y ahora veía como se acercaba hasta donde estaba ella para decirle alguna cosa cuando...En el Manhattam eran sobre las dos de la noche, una chica morena estaba sola en una de las mesas del fondo, vestía un llamativo vestido color rosa y al verla él se acercó hasta ahí para preguntarle si había sola o si podía invitarla a una copa y entonces eran sobre las dos de la noche y desde la barra del Manhattam un tipo se dirigía hacía donde estaba la chica morena del vestido ocre cuando, de repente, en el Manhattam eran sobre las dos de la noche y una chica peliroja...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Poema Empiezo A Conocerme. No Existo. de Fernando Pessoa:

Empiezo a conocerme. No existo.
Soy el intervalo entre lo que deseo ser y los demás me hicieron,
o la mitad de ese intervalo, porque además hay vida…
Soy esto, en fin…
Apaga la luz, cierra la puerta y deja de hacer ruido de
zapatillas en el pasillo.
Quede solo yo en el cuarto con el gran sosiego de mí mismo.
Es un universo barato.